"El atropello fue indiscriminado, dio volantazos y pasó por encima de algunos"
La Guardia Civil detuvo a un padre de nacionalidad portuguesa y a sus dos hijos menores en Seseña, a 40 kilómetros del mortal atropello.
Cuatro personas fallecieron sobre las 2:40 dela madrugada del domingo en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz y otras ocho resultaron heridas, cuatro de ellas de gravedad, en un atropello múltiple intencionado en el aparcamiento del restaurante El Rancho Rodeo, en una zona de naves industriales de la Avenida de la Constitución número seis del municipio del Corredor del Henares.
Los fallecidos son tres hombres de 60, 37 y 17 años y una mujer de 65, que sufrieron fracturas y politraumatismos derivados del fuerte impacto del vehículo, un Toyota Corolla monovolumen, que se dio a la fuga. El conductor, un varón de 35 años y de nacionalidad portuguesa, y sus dos hijos menores nacidos en España fueron detenidos hacia las 4 de la madrugada por la Guardia Civil en la localidad de Seseña (Toledo), a 40 kilómetros al sur de Torrejón. No formaban parte del banquete con unos 200 invitados, aunque sí asistieron a la ceremonia religiosa, según explicaron fuentes policiales.
Las primeras pesquisas de la investigación, comandada por el Grupo VI de la Brigada de Homicidios de la Policía Nacional, apuntan a una pelea en el exterior del restaurante donde se había celebrado con "absoluta normalidad" la cena, según Agustín, propietario del negocio. Al parecer, el autor material del atropello, familiar del novio, se presentó en el convite junto a sus allegados y tuvo un enfrentamiento con varios invitados. El padre del novio le invitó a que se marchase y le acompañó hasta la puerta. Fuera del local empezó una discusión que acabó en una pelea multitudinaria en la calle Jaén, una vía estrecha que confluye con la Avenida de la Constitución, y terminó de forma trágica con el vehículo implicado arrollando a un amplio grupo de personas. Son integrantes de una conocida familia de etnia gitana de la Cañada Real, los Brunos. La primera llamada al servicio de emergencias 112 se produjo a las 2:44 de la madrugada.
Las mismas fuentes policiales explicaron que en la pelea previa al atropello no se utilizaron armas y que cuando todo parecía calmado apareció a gran velocidad el vehículo implicado que comenzó a arrollar "de forma indiscriminado, dando incluso volantazos para causar el mayor número de víctimas posible, a las personas que se encontraban en el lugar", pasando literalmente "por encima" de alguna de ellas. El automóvil embistió además dos carritos de bebé que por fortuna estaban vacíos.
La fuga en el coche reventado
Además de los tres detenidos, dos de ellos hermanos de 16 y 17 años, los agentes buscan a un cuarto individuo, de 18 años, sobrino del autor del atropello múltiple. Una patrulla de la Policía Nacional encontró en la Avenida Castilla en San Fernando de Henares el parachoques delantero con la matrícula del Toyota. Con esos datos se averiguó el domicilio del titular y se difundió la matrícula a las patrullas de la zona, que consiguieron identificarlo en la urbanización El Quiñón de Seseña.
Tras advertir de su presencia, los cuatro pasajeros se bajaron y huyeron a pie, pero tres de ellos fueron detenidos poco después y el cuarto, que está identificado, sí logró escapar. El vehículo tenía el frontal literalmente destrozado. Había perdido el parachoques, las carcasas de los faros y el capó estaba doblado como un acordeón, dejando visible las entrañas del motor.
Para circular desde Torrejón hasta Seseña, unos 40 kilómetros, los implicados tuvieron que hacer dos boquetes a la luna, que estaba partida en mil pedazos. Al parecer, dentro del coche hallaron una importante cantidad de billetes, unos 5.000 euros, que se presupone que estaban destinados a la manzana, donde se deposita dinero para los novios según la tradición gitana.
El trágico atropello mortal dejó también ocho heridos, cuatro de ellos graves. Se trata de un hombre de 50 años con fractura abierta en la pierna, otro varón de 43 años con traumatismo craneoencefálico severo y fractura en la pierna, una mujer de 31 con traumatismo craneoencefálico severo y otra mujer de 30 afectada por una fractura de pelvis.
Los servicios de emergencia llegaron a activar el procedimiento de Incidente de Múltiples Víctimas (IMV) porque la primera llamada mencionó un número más elevado de víctimas. Acudieron 22 dotaciones sanitarias, incluida una psicóloga que atendió varias crisis de ansiedad. La investigación trata de conocer los detalles que llevaron al autor a cometer este atropello indiscriminado que tiñó de sangre una día de felicidad y celebración.
