POLÍTICA

Irene Montero: "La libre determinación de género y las infancias trans no son negociables"

La ministra, señalada por feministas del PSOE, marca sus líneas rojas en la ley y no entra a valorar la acusación de tránsfoba contra Carmen Calvo.

La ministra de Igualdad, Irene Montero
La ministra de Igualdad, Irene Montero
J.J.Guillen

Mujeres contra mujeres, feministas contra feministas, en un debate insospechado por su virulencia. La discusión sobre el contenido de la ley trans ha rebasado el Consejo de Ministros y el Congreso para alcanzar la arena social. Bajo la tormenta, Irene Montero zanja, en un mensaje implícito a sus socios del PSOE, que no contempla otra hipótesis que una ratificación de la norma que preserve su esencia.

De 0 a 10, ¿en qué escala situaría el disenso entre Unidas Podemos y el PSOE sobre la ley trans, pese a haberla aprobado juntos en el Gobierno?

Pues como bien dice, es una ley que sale del Consejo de Ministros tras un debate largo y difícil, por lo que el consenso sobre ella es total. Y tiene que aprobarse de forma urgente, antes de que acabe este año, y hacerlo sin ningún retroceso con respecto a lo pactado. Si puede haber mejoras, ampliaciones de derechos, estamos plenamente dispuestas a que los grupos parlamentarios las propongan y a negociarlas. Pero la ley tiene que salir adelante porque los derechos de las personas trans y LGTBI no pueden esperar más.

Cuando usted asevera que no caben retrocesos normativos, ¿cuáles son sus líneas rojas?

La libre determinación de la identidad de género es un derecho fundamental para las personas trans que todos los organismos internacionales invitan a reconocer. Porque no hay nada más material e importante que el derecho a ser, a que se reconozca que las personas son lo que son sin que sufran ninguna discriminación en el desarrollo de su vida. Todos esos derechos tienen que verse garantizados en nuestra arquitectura legal.

Una de las mayores controversias se sitúa en la libre identidad registral de los niños y adolescentes. ¿Están dispuestas a que el trámite en el Congreso amarre jurídicamente las salvaguardas previstas?

Existe ya plena garantía y seguridad jurídica en el texto que hemos presentado. Por lo tanto, tiene que quedarse como está. Esto no va a estar abierto a la negociación. El derecho a la libre identidad de género y los derechos de las infancias trans tienen que ser reconocidos. Este es uno de los aspectos en los que costó mucho llegar a un consenso y que tienen que mantenerse en la tramitación parlamentaria.

Eso es intocable.

Sí, por supuesto.

Algunas objeciones a la ley tienen que ver también con su posible efecto contraproducente para la lucha contra la violencia machista. ¿Esto precisaría apuntalamiento legal?

-Todo lo contrario, es absolutamente imposible que un hombre pueda eludir una condena por violencia machista. Es que esto es un bulo, no hay ningún derecho de las mujeres que pueda verse vulnerado por esta ley. Lo que ataca sus derechos son los agresores y el machismo.

Esta ley ha despertado un debate enconado en el feminismo. Quienes la cuestionan se declaran tan feministas como usted. Si el género es lo que determina la identidad, ¿eso vacía de contenido la lucha histórica de las mujeres por la igualdad?

Fíjese, todas las encuestas muestran que esta es una de las leyes que más consenso social genera. Lo hace más allá de las feministas, en el conjunto de la sociedad. Y también es una ley de consenso político. En 2019 los grupos del Congreso, incluido el PP, estuvieron de acuerdo en que España tenía que reconocer el derecho a libre determinación de género. Si eso no se convirtió en ley entonces fue porque se anticiparon las elecciones. Enmiendo la pregunta que me hace: es una ley de enorme consenso porque en España hay una abrumadora mayoría de ciudadanos y ciudadanos que son conscientes del valor de la diversidad.

El debate se está pintando con expresiones muy gruesas entre partidarias y detractoras de la norma. ¿Es posible reencauzarlo de alguna manera?

Hay una consecuencia muy negativa de ese debate, y es que está generando discursos de odio, tránsfobos, LGTBI fóbicos, que están en la base de un dato muy descorazonador y peligroso: los delitos de odio que más están aumentando son las agresiones por motivos LGTBI fóbicos. Cuando se legitima desde las instituciones ese discurso, o el tránsfobo, hace que haya personas que se sientan legitimadas para asesinar a alguien al grito de 'maricón', como ya ha ocurrido, o para agredir a personas de la comunidad LGTBI y trans. Debatamos todo lo que sea necesario, pero con un debate libre de transfobia, libre de discursos de odio. Estamos trabajando para hacer nuestro país más democrático, porque habrá más personas que puedan desarrollar libremente su proyecto de vida. Esta es una deuda que tenemos pendiente, particularmente con las personas trans y LGTBI, y tenemos que saldarla cuanto antes.

Usted compartió Consejo de Ministros con la exvicepresidenta Carmen Calvo. ¿De verdad es una tránsfoba?

No quiero entrar en esto. En los momentos de crisis, los derechos de las mujeres y de la comunidad LGTBI son los primeros que se ponen en cuestión. Por tanto, debemos estar orgullosas de formar parte de un Gobierno de coalición, independientemente de quienes ocupemos una posición u otra, que extiende y asegura derechos. Y que trabaja para frenar la reacción de extrema derecha y machista ante el avance imparable del feminismo.

Si el PSOE no acota finalmente sus enmiendas, ¿peligra el final de la legislatura? ¿Esta ley es un pilar irrenunciable?

No contemplo otro escenario que la aprobación de la ley antes de que acabe el año y sin ningún retroceso en derechos respecto al texto acordado en el Gobierno. Y por supuesto que sí, las leyes feministas son pilares de este Gobierno. Así lo seguiremos defendiendo hasta el final de la legislatura.

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