Aznar: "Nosotros no amnistiábamos por la puerta de atrás a criminales"

Tras recordar la lucha contra ETA ha añadido: "No mercadeábamos con las condenas: garantizábamos su cumplimiento”.

El expresidente del Gobierno de España, José María Aznar, durante la segunda jornada del III Foro Económico Internacional Expansión.
El expresidente del Gobierno de España, José María Aznar
EP

El expresidente del Gobierno José María Aznar ha manifestado este jueves que recuerda con orgullo los tiempos en los que, desde el Gobierno, no se amnistiaba por la puerta de atrás a "criminales contumaces" ni se pretendía diferenciar entre “pistoleros y marionetas parlamentarias”.

Aznar se ha expresado así en la presentación del libro de quien fuera ministro de Justicia en su segunda legislatura, José María Michavila, 'La Edad Democrática', a la que han asistido numerosos exministros de aquella etapa, como Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja, Ángel Acebes, Isabel Tocino o Pío Cabanillas.

Tras recordar la lucha contra ETA, ha subrayado que “nosotros no amnistiábamos por la puerta de atrás a criminales contumaces: les perseguíamos. No mercadeábamos con las condenas: garantizábamos su cumplimiento”.

“Y no nos prestamos nunca a la comedia del deslinde entre pistoleros y marionetas parlamentarias, para luego negociar con ventrílocuos disfrazados de políticos”, ha manifestado.

El expresidente ha argumentado que la democracia debe mantener su condición de “régimen popular” y ha advertido contra aquellos políticos “que convierten en eslogan el halago a la gente, pero dedican mucho más tiempo a sermonear que a escuchar a esa gente, a quien en el fondo desprecian”.

“Según esos gurús extraviados en el poder, comemos mal, bebemos demasiado, no educamos correctamente a nuestros hijos, y usamos un léxico anticuado y ofensivo”, ha dicho Aznar, quien ha lamentado estar “decepcionando a nuestros dirigentes”.

Tras hacer un recorrido por lo peligros que acechan a la democracia, Aznar ha concluido advirtiendo de que “nada nos garantiza, al margen de nuestro esfuerzo, la perpetuidad de la democracia”. Por ello ha recomendado que “si queremos su supervivencia, estamos llamados a no darla por descontado, a cuidar su entramado institucional, a ejercer la perpetua vigilancia que es el precio de la libertad”

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