El ajo español alerta de la invasión del chino y egipcio
El sector también ha pedido ayuda a la Unión Europea ante el aumento de los costes de producción.
La Mesa Nacional del Ajo ha trasladado a la Comisión Europea y a los partidos políticos del Parlamento Europeo el problema que va a generar la entrada en Europa de ajo chino congelado no sujeto a arancel (debe estar a una temperatura de menos 20 grados), cuando realmente entra en las condiciones en las que lo hace el ajo fresco (a una temperatura de menos 3 ó 4 grados), lo que implica un fraude y una pérdida de ingresos al no abonar el impuesto al que estaría sujeto como producto fresco: 1,20 euros por kilo.
Los productores españoles también han alertado de la creciente entrada de ajo procedente de Egipto en Europa, a precios muy bajos, limitando la venta de género español a precios rentables para los agricultores. Problemas a los que se añaden otros dos: el aumento de los costes de producción y la prohibición de algunos fitosanitarios para controlar plagas o enfermedades en el cultivo sin existir productos alternativos.
Según la Mesa Nacional del Ajo, teniendo en cuenta los bajos rendimientos por hectárea de la cosecha de este año, se ha disparado el coste de producción de un kilo entre un 22 y un 41% con respecto al año anterior. Además, el ajo presenta un escaso peso en la cesta de la compra ya que "el gasto per cápita en España y en Europa está en torno a cuatro euros por persona y año, mientras la aportación del ajo económica y socialmente en el medio rural de las zonas productoras de España es enorme", según subraya el vicepresidente de esta entidad, Miguel del Pino.
Cultivo social
Actualmente, el cultivo del ajo en España se extiende por unas 29.600 hectáreas, con una producción anual que ronda las 309.000 toneladas. La mayor parte de la producción nacional de ajos -entre el 55 y el 70%- se exporta a otros países, siendo la principal zona de producción Castilla-La Mancha seguida de Andalucía, Castilla y León, Madrid y Extremadura.
En cuanto a la generación de empleo, según datos de la Mesa Nacional del Ajo, cada año sólo el corte y la recolección del ajo en el campo genera casi un millón de jornales en España. Teniendo en cuenta las labores de manipulación, procesado y comercialización, se generan más de 16.000 empleos directos en el país.
