Miquel Iceta "En Cataluña hacen falta acuerdos, diálogo entre catalanes y unidad"

El ministro de Cultura cree que poca gente #defiende la vía unilateral en Cataluña. Sobre la ley del catalán indica que "las sentencias se han #de cumplir". Pide superar la política de bloques,

fEl ministro de Cultura, Miquel Iceta.
fEl ministro de Cultura, Miquel Iceta.
José González/20 minutos

Ayer participó en la mesa de diálogo. ¿El acuerdo abre la puerta a diferentes mayorías en Cataluña? Como un gobierno de ERC apoyado por PSC, o viceversa…

Mucha gente espera en Cataluña que acabe una política de enfrentamiento, de bloques, pero el futuro siempre es incierto. En cualquier caso, en Cataluña hacen falta más acuerdos, un diálogo entre catalanes y a ser posible unidad.

¿El apoyo a la reciente ley aprobada en Cataluña sobre el uso de las lenguas es una renuncia al cumplimiento de la sentencia del 25%?

Las sentencias se han de cumplir. Nuestra normativa en Cataluña creo que marca el objetivo más sensato e inteligente: que el alumnado domine tanto el catalán como el castellano al acabar la educación obligatoria.

¿Confían en que ERC haya renunciado realmente a la vía unilateral?

Creo que hay poca gente en Cataluña que defienda esa vía visto lo ocurrido en 2017 y sus consecuencias. La única forma de avanzar es la vía del diálogo, la negociación y el pacto, como está haciendo el Gobierno de España.

Y hablando de política catalana, su nombre ha sonado como candidato del PSC al Ayuntamiento de Barcelona en las próximas municipales.

Estoy inmerso en estos momentos en una tarea que me parece apasionante y no tengo la cabeza ni los planes en otro lugar. No, no me van a ver como candidato a la Alcaldía.

Usted es otro ministro que ocupará un cargo de responsabilidad en la Ejecutiva del PSOE. ¿Por qué cree que ha decidido el presidente esta simbiosis entre Moncloa y Ferraz?

Creo que por razones de eficacia y operatividad política. Ha querido dar un nuevo impulso al PSOE para preparar en las mejores condiciones las próximas elecciones. A veces se olvida, pero la política también es un deporte de equipo. Y de vez en cuando los entrenadores cambian piezas de su esquema de juego. Esto demuestra que ganas y energía no le faltan.

Es el nuevo responsable de Memoria Democrática de su Ejecutiva. ¿Entiende las críticas por pactar con Bildu la nueva ley?

Los pactos hay que poder explicarlos por sus contenidos, más que con quién los haces. Yo no practico políticas de exclusión. Lo importante es para qué. Y si considerábamos que la recuperación de la memoria necesitaba una nueva ley, pactamos con quien esté dispuesto. Hay quien dice que es preferible olvidar, pero es al revés. Y siempre pensando en que la memoria debe servir para unir, y no para dividir. Hay que respetar y conocer todas las historias. Y no arrojárnoslas a la cara. Probablemente, quienes ganaron la guerra quisieron imponer la suya y hay que recuperar una historia en la que quepamos todos.

Estamos celebrando el aniversario de los Juegos de Barcelona 92. ¿Qué recuerdos tiene? ¿Por qué se les considera un antes y un después?

Lo recuerdo con mucha emoción. Pude vivirlos allí y fue mágico, nos puso en el mapa a Barcelona, a Cataluña y a España. Jamás hubiera imaginado ser ministro de Deporte, y después he estado en los Juegos de Tokio y de Beijing. Y no sé si fueron los mejores, pero 30 años después se sigue hablando de ellos.

También fueron un ejemplo de unidad. ¿Por qué ahora no hemos logrado tener una candidatura conjunta entre Aragón y Cataluña a los Juegos de Invierno de 2030?

No lo sé y lo lamento. Y creo que si la hubiéramos presentado, hubiéramos ganado. Ha de ser una lección: si vamos divididos, no nos comemos un rosco. Para preparar un acontecimiento así debe haber unidad y colaboración. Un Ayuntamiento solo no podría haber organizado unos Juegos.

¿Por qué no se hizo una candidatura equilibrada entre territorios?

No lo sé. No soy experto. Quienes presentan las candidaturas son los comités olímpicos nacionales y el Gobierno avala el proyecto cuando se presenta. Pero era una oportunidad para el Pirineo.

Precisamente esta semana se ha reunido con el presidente aragonés, Javier Lambán. ¿Han llegado a algún acuerdo?

Entre otros asuntos, lamentamos que no se lograra ese acuerdo para 2030. El futuro, afortunadamente, está por escribirse y espero que en 2034 sea posible.

¿Cuál es el balance en estos primeros días del bono cultural?

Muy bueno. Medio millón de jóvenes cumplen 18 este año y, en un solo día, 47.005 entraron en la web para inscribirse y, de ellos, 22.748 dejaron toda la documentación que se pedía.

¿Qué les ha llevado a lanzar este bono? ¿Es una forma de que los jóvenes se acostumbren a invertir en cultura?

Cuando lo pensamos, había dos grandes motivos. Uno, que los jóvenes abracen a la cultura y la cultura abrace a los jóvenes, que empiecen a adquirir hábitos de uso y de compra de productos y servicios culturales. Y el otro, ayudar a un sector que ha sufrido mucho en la pandemia.

Las empresas del sector lo han recibido con los brazos abiertos...

Llevamos meses explicándolo a las asociaciones de todos los sectores y se han inscrito más de 3.000 empresas. Así, a medida que los jóvenes se incorporen, habrá una oferta lo bastante grande y diversa.

¿Cómo se pide?

Es muy sencillo. Se han de dirigir a una web que se llama bonoculturajoven.gob.es y, allí, un certificado de identidad digital gratuito da acceso en un tiempo a una tarjeta que pueden llevar en el móvil o físicamente. Funciona como una tarjeta prepago en la que hay cargados 400 euros: 200 para cultura en vivo, 100 para productos físicos y 100 para digitales. Tienen hasta el 10 de octubre para apuntarse. Y, desde que se comunica el alta, un año para invertir en cultura. El sistema es fácil, pero nuevo y sabemos que habrá que hacer ajustes.

¿Eso quiere decir que habrá otra promoción de este bono el año que viene?

Sí, la partida, de 210 millones, está comprometida. Haremos un esfuerzo por que cada vez haya más oferta. Me gusta pensar que el proyecto ha venido para quedarse.

También ha habido críticas porque el bono no distingue entre jóvenes con distinto poder adquisitivo, o que se da a población que va a votar en las próximas elecciones…

Quien piense que un joven vende su voto por 400 euros, mejor que no se dedique a la política o a cualquier otro tipo de comercio. Los votos no se compran ni se venden, esto es para todo el mundo, piense como piense. Y no ha sido una idea original, hemos adaptado una experiencia que Francia e Italia tienen hace años y valoran muy positivamente. Es verdad que los jóvenes se han dedicado más al libro, el cómic y el videojuego y nos gustaría que se atrevan con nuevas experiencias culturales que, sin esta posibilidad, no harían.

¿Por qué la cultura es uno de los sectores más perjudicados en las crisis?

Durante el confinamiento fue nuestra principal vía de escape... En el confinamiento la gente leyó más, pero solo podía ver cine en casa. Y es momento de volver a las salas. Yo siempre digo que el tamaño importa: una buena pantalla, una buena sonorización... importan, la experiencia es distinta.

¿En qué se hubiera gastado el bono cultural el Miquel Iceta de 18 años?

En la discografía completa de Elton John y en más libros. Al cine iba mucho, pero quizá habría gozado más del teatro. El primer día ya me habría apuntando.

En el deporte hay otras guerras. Esta semana, la Liga y la Federación han dado al traste con el calendario de fútbol femenino para el próximo año. ¿Qué puede hacer el Ministerio?

Lo que ha hecho el CSD: evitar esa duplicidad de sorteos. Aprovecho para hacer un llamamiento: el fútbol femenino está a punto de dar el gran salto. Y no conviene que se perjudique por otro tipo de intereses o disputas que se han ido generando en el fútbol masculino. Por respeto a las jugadoras, que son muy buenas y se dejan el alma. Se han ganado la equiparación. Este año hemos creado la Liga Femenina de Fútbol Profesional, pero si queremos que tire más, hay que prestarle nuestro apoyo.

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