Del fracaso diplomático de Argelia al éxito de El Prado

Todos los aliados, desde el presidente estadounidense al secretario general de la OTAN, no ahorraron calificativos al aplaudir la "impecable" organización de la cumbre de la Alianza Atlántica en Madrid. 

Cumbre de la OTAN en Madrid
Cumbre de la OTAN en Madrid
Agencias

El Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, respiraba este jueves por la tarde aliviado. Todos los aliados, desde el presidente estadounidense, Joe Biden, al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, no ahorraron calificativos al aplaudir la «impecable» organización de la cumbre de la Alianza Atlántica en Madrid. El máximo responsable de la diplomacia española lograba así olvidar unas semanas marcadas por el estallido de la crisis con Argelia, que llegó a poner su cargo en el disparadero.

Aunque las tensiones con el país del Magreb siguen sin resolverse y está aún por ver si Argel mantiene el bloqueo comercial a España, el Gobierno ha reforzado su imagen internacional en esta cumbre de la OTAN. Para empezar, el Concepto Estratégico, el documento que marcará la hoja de ruta para la organización durante la próxima década, quedará siempre ligado al nombre de Madrid.

Sánchez, por su parte, mantuvo buena sintonía con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una reunión bilateral en la Moncloa que duró más de una hora en contraposición con aquella charla de cincuenta segundos en el pasillo con el mandatario norteamericano hace un año, en otra cumbre de la OTAN en Bruselas, y que provocó críticas y mofa por parte de la oposición.

Los líderes aliados también han destacado los actos paralelos al encuentro, como la cena de gala en el Palacio Real auspiciada por Felipe VI, o la celebrada en el Museo de El Prado, que dejó imágenes de jefes de Estado admirando el patrimonio cultural de España.

Sin embargo, Moncloa es consciente de que a partir de hoy regresará la trifulca política doméstica, con un frente abierto entre el PSOE y sus socios de coalición de Unidas Podemos precisamente por el compromiso adquirido por Sánchez de elevar el gasto en Defensa hasta el 2% del PIB.

Este regreso a la normalidad tendrá su cenit dentro de dos semanas, cuando se celebre, ocho años después, un nuevo debate del estado de la nación, en el que el presidente no espera reeditar las buenas palabras de Biden.

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