Podemos y sus confluencias han perdido 101 diputados autonómicos desde 2016

Las andaluzas ahondan la sangría de la coalición morada, mientras Díaz pide un "nuevo tiempo" porque "la ciudadanía nos está esperando".

Acto de campaña del partido 'Por Andalucía'
Acto de campaña del partido 'Por Andalucía'
Daniel Pérez

El domingo, la coalición Por Andalucía -en la que confluyen Podemos, Izquierda Unida y Más País- añadió diez parlamentarios al casillero de diputados autonómicos perdidos desde 2016, que ya suman un total de 101. Todo ello sin contar los dos escaños que mantuvo Adelante Andalucía, la formación liderada por Teresa Rodríguez, y que competía por el mismo electorado. El resultado -cinco para la candidatura de Inma Nieto y dos para la de Rodríguez- quedó lejos de los 17 conseguidos en los anteriores comicios y desató este lunes, entre caras largas, una búsqueda de culpables que pasan por la "desunión de la izquierda" o los problemas para configurar el espacio político con el que debutaba el proyecto de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

La dirección federal de IU admitió este lunes que el "accidentado" proceso de conformación de Por Andalucía, con tensión entre sus partidos, no ha ayudado a esta candidatura de frente amplio. Pero sus miembros están convencidos de que el proyecto de Díaz es "más necesario que nunca" de cara al nuevo ciclo electoral, como aseguró la portavoz de la formación, Sira Rego.

La dirigente de IU reconoce que el espacio requiere de un frente de unidad "nítido", que sume a más sectores progresistas pero donde también tienen claro que deben estar todas las fuerzas que forman Unidas Podemos, dado que sería "ridículo ensayar candidaturas de confluencia dividiendo". Nieto, la candidata, enmarcó en un "escenario malo, sin paliativos" los resultados cosechados por su formación el 19-J.

Mutismo

En Podemos, en cambio, mantuvieron el silencio por respuesta. Los de Ione Belarra no celebraron su habitual ejecutiva de los lunes y tampoco hubo, por tanto, rueda de prensa posterior. Durante la campaña, algunas voces del partido recelaban en privado del control que Izquierda Unida estaba manteniendo sobre la candidatura, especialmente en lo referente a la comunicación.

Los morados, que no pudieron sumarse oficialmente a la plancha electoral al entregar tarde su inscripción en el registro, consideran que fueron ellos los que cedieron para que Por Andalucía pudiera iniciar su andadura con la mayor unidad posible. No en vano, renunciaron a imponer a su candidato, el diputado y guardia civil Juan Antonio Delgado, en favor de Nieto, parlamentaria de Izquierda Unida.

Toque de atención

Tras el toque de atención de las urnas andaluzas, todas las formaciones interpeladas tienen claro que el único camino posible es la unidad sin fisuras. Están en juego las generales de 2023 y la necesidad de insuflar optimismo en el proceso de escucha que Díaz va a iniciar el 8 de julio en Madrid, con el que estará de gira los seis meses posteriores. Este lunes, la vicepresidenta lanzó un aviso a todas las confluencias: "Ha sido una noche difícil para las personas progresistas. Necesitamos abrir un nuevo tiempo que mire al futuro. La ciudadanía nos está esperando".

Lo que sí hizo la también ministra de Trabajo fue usar Twitter para proponer elevar la tasa del impuesto sobre sociedades en diez puntos a las "grandes empresas energéticas" con el objetivo de elevar la recaudación del Estado en entre 1.500 y 2.000 millones de euros. Además, planteó un cheque de 300 euros para las personas "más golpeadas por la crisis" y reducir en un 50% los precios del abono de transportes para incentivar su uso.

Más allá de las generales, en las últimas autonómicas el espacio morado se ha venido abajo. En las elecciones gallegas de 2020, Podemos quedó fuera del Parlamento al no conseguir ningún escaño (en las anteriores obtuvo 14 junto a las mareas); aquella jornada también perdió casi la mitad del capital político que atesoraba en la Cámara vasca, al pasar de 11 a seis parlamentarios. Solo en Madrid, en mayo del año pasado, la presencia del ya exvicepresidente segundo Pablo Iglesias al frente de sus listas, salvó a los morados de una catástrofe mayor. Logró obtener 10 parlamentarios (frente a los 7 de 2019), aunque el partido quedó como quinta fuerza política. Y en Cataluña, que es el único territorio donde los morados, bajo la marca En Comú, no han cedido terreno desde 2016.

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