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Regresan a sus casas los vecinos evacuados por el incendio en Zamora

El fuego en la Sierra de la Culebra continua activo y ha arrasado unas 25.000 hectáreas, pero los desalojados han podido volver a casa y se han reabierto las carreteras cortadas.

Incendio en la Sierra de la Culebra en Zamora.
Incendio en la Sierra de la Culebra en Zamora.
Emilio Fraile/Europa Press

La situación del incendio forestal de la Sierra de la Culebra, en la provincia de Zamora, ha mejorado la noche del sábado al domingo por la bajada de temperaturas y eso ha permitido el regreso a sus casas de los vecinos de las poblaciones desalojadas y la reapertura de las carreteras cortadas al tráfico. Unas 1.250 personas de varios municipios habían tenido que ser desalojadas, entre ellas algunos refugiados ucranianos que vivían en la zona.

Los habitantes de la veintena de localidades que tuvieron que ser evacuadas por el peligro del incendio han vuelto a sus casas a partir de las ocho de la mañana de este domingo, jornada en la que también se ha producido la reapertura de todos los tramos de carreteras cortados al tráfico, han informado fuentes de la Guardia Civil de Zamora.

Dichas fuentes han precisado que la vía férrea del AVE Madrid-Galicia está a la espera para su reapertura de que Adif haga las comprobaciones necesarias para poder ponerla de nuevo en servicio con seguridad.

Bajada de las temperaturas

Fuentes del operativo de extinción han resaltado esa mejoría durante la noche gracias a la bajada de temperaturas que ha permitido que los medios nocturnos pudieran trabajar más que las noches anteriores. Pese a ello, han advertido de que, aunque las condiciones del tiempo son favorables a primera hora de la mañana, se espera que a lo largo del día vuelvan los vientos de alta intensidad que complicarían de nuevo la situación. Los medios aéreos han regresado a primera hora de la mañana al incendio que ha quemado ya, según la última estimación realizada el sábado a última hora de la tarde, cerca de 25.000 hectáreas y por el momento continúa activo.

Las cuadrillas terrestres nocturnas han trabajado sin descanso durante la última noche junto a algunas diurnas que han prolongado su trabajo hasta la madrugada y han centrado su labor en intentar frenar el avance del fuego y proteger las poblaciones evacuadas.

La Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales de Tabuyo del Monte (León) ha logrado esta madrugada apagar un frente de cuatro kilómetros en Junquera de Tera, donde actuó hasta las dos menos cuarto de la madrugada, mientras que la de Laza (Orense) prolongó su trabajo hasta las tres y cuarto de la mañana.

Con la salida del sol, los medios aéreos han vuelto a incorporarse a las tareas de extinción que, tras rebasar ya los límites de la reserva de caza de la Sierra de la Culebra, se extienden hasta el valle del río Tera.

Dos refugiadas ucranianas y tres niños

Entre las personas que este domingo por la mañana han podido volver a sus casas hay también refugiados de la guerra en Ucrania con los que una de las voluntarias que ha atendido a los desalojados se ha sincerado.

"Les dije venís de una guerra y ahora esto", ha explicado a Efe la benaventana Gloria Villanueva, que esta madrugada se fundió en un fuerte abrazo que le dieron, en reconocimiento a la ayuda que les estaba prestando, dos mujeres ucranianas que huyeron a España junto a un adolescente y dos niñas y ahora residen en Pumarejo de Tera.

Las dos amigas ucranianas y sus hijos han pasado la última noche en los pabellones deportivos habilitados en Benavente para acoger a los evacuados en el incendio forestal de Zamora y, como el resto de los desalojados, este domingo por la mañana tenían una sonrisa en su cara, tras saber que el peligro del incendio había pasado y regresaban a Pumarejo de Tera.

Gloria Villanueva, que cuando se enteró de que estaban acogiendo en Benavente a evacuados del incendio no se lo pensó dos veces y se fue de voluntaria a ayudar, ha puesto de relieve en el contraste de caras y ánimos entre el sábado por la noche y la mañana del domingo.

Poco antes de que los desalojados subieran a los autobuses que les iban a llevar de nuevo a sus pueblos del valle del Tera todo eran sonrisas y la gente estaba "contenta por volver a casa y muy agradecidos a todos los voluntarios", ha detallado.

Sin embargo, unas horas antes, por la noche, la incertidumbre y el pesimismo era la tónica general entre los evacuados, ya que "muchos se preguntaban qué habría pasado con sus animales o con sus casas, tenían mucho miedo".

De hecho, según ha indicado esta voluntaria, algunos vecinos le confesaron que les obligaron a salir del pueblo pero que si hubiera sido por ellos se habrían quedado para defender su casa y su ganado, sin importarle que por ello pudieran poner en peligro su integridad física. 

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