Andalucía medirá el 'efecto Feijóo' con el adelanto electoral al 19 de junio

Moreno aduce razones presupuestarias para el anticipo y aspira a presidir un Gobierno del PP en solitario sin pactos con Vox.

Juan Manuel Moreno

Después de meses de marear la perdiz, Juan Manuel Moreno convocó este lunes las elecciones autonómicas en Andalucía para el 19 de junio. No son unas elecciones cualquiera, se celebran en la comunidad más poblada de España con casi 8,5 millones de habitantes, y, sobre todo, serán el primer examen para medir el impacto del liderazgo en el PP de Alberto Núñez Feijóo. Descontada la victoria de los populares, pronosticada por todos los sondeos, la incógnita que se abre es qué va a pasar con Vox. ¿Será el socio de Gobierno o su respaldo será innecesario?

Moreno, tras presidir un Consejo de Gobierno extraordinario, anunció el adelanto por razones presupuestarias. Andalucía tiene prorrogadas las cuentas de 2021 tras la negativa de Vox a respaldar el proyecto de la Junta. Admitió que se debatió entre convocarlas en otoño, pero optó por el 19 de junio para que Andalucía comience 2023 con nuevos Presupuestos.

Unos 6,5 millones de andaluces están llamados a votar con cinco meses de antelación. Ninguna sorpresa. El adelanto estaba en boca de todos desde el año pasado, pero el calendario siempre fue motivo de tensiones entre Moreno y la dirección del PP que capitaneaba Pablo Casado. La anterior cúpula popular buscaba una traca electoral con punto de partida en Castilla y León y que siguiera en Andalucía para crear un efecto de cambio imparable. La escuálida victoria castellano-leonesa, que ha llevado al PP a gobernar con Vox, y, por encima de todo, el derrocamiento de Casado, destrozó esos planes y dejó las manos libres al presidente de la Junta.

El PP se somete al primer test del 'efecto Feijóo'. Las simulaciones que proporcionan las encuestas dicen que existe y que es potente. Señalan que desde que el presidente de la Xunta de Galicia se ha hecho con el timón del partido han mejorado sus expectativas electorales en España, están casi a la par con el PSOE, y en Andalucía, donde la diferencia a su favor no para de crecer. Feijóo quiere demostrar que el PP puede gobernar en solitario y que el pacto de Castilla y León ha sido un incidente de recorrido, no una alianza estratégica.

Superar a la izquierda

Moreno también pone a prueba su gestión, poco atacable y sin errores de bulto, como reconoce incluso la oposición. El PP ha desbancado, según las encuestas, al PSOE como primera fuerza. El objetivo de la mayoría absoluta, 55 de los 109 escaños del Parlamento, parece, sin embargo, fuera de alcance. Pero el PP se acerca. Algunos sondeos apuntan a los 50 diputados, que los populares más optimistas suman a los restos de Ciudadanos con la esperanza de bordear los 55.

Ese es el escenario que ansían Feijóo y Moreno. Que el resultado del PP sea suficiente para superar a la suma de la izquierda. En ese supuesto, el respaldo de Vox sería innecesario para asegurar un nuevo mandato al presidente de la Junta de Andalucía sin el peaje de la extrema derecha.

Pero Vox aguarda con discreción. No tiene candidato pero va a superar los 12 escaños de 2018. Los ultraderechistas sostienen que son la primera fuerza en todas las provincias costeras de Andalucía y pisan los talones al PSOE. Han crecido al rebufo de su ascenso nacional, han absorbido en buena medida el desplome de Ciudadanos y aseguran que han entrado en los caladeros rurales del PSOE.

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