La AN juzga a una mujer que financió a terroristas de Daesh establecidos en Siria después de "abrazar la fe musulmana"

Según la Fiscalía la acusada, que permanece en prisión desde el 13 de noviembre de 2020, comenzó su radicalización en 2016. Ese proceso le llevó a "posicionarse en las redes sociales con algunos mensajes de elogio o justificación de las acciones cometidas por miembros de organizaciones del terrorismo yihadista".

Entrada a la Audiencia Nacional.
Entrada a la Audiencia Nacional.
EP

La Audiencia Nacional juzga este miércoles a Cristina Amparo Bomboi, una mujer que realizó labores de financiación en beneficio de terroristas de Daesh que combaten en Siria después de sufrir un proceso de radicalización religiosa que llegó después de "abrazar la fe musulmana".

Así se desprende del escrito del Ministerio Fiscal, que solicita cinco años de cárcel y una multa de 18.640 euros por un delito de financiación de organización terrorista, así como inhabilitación absoluta para empleo a cargo público por tiempo de 11 años e inhabilitación especial para profesión u oficio educativos en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre, por el mismo tiempo.

Según la Fiscalía la acusada, que permanece en prisión desde el 13 de noviembre de 2020, comenzó su radicalización en 2016. Ese proceso le llevó a "posicionarse en las redes sociales con algunos mensajes de elogio o justificación de las acciones cometidas por miembros de organizaciones del terrorismo yihadista".

Además de enaltecer a esos grupos, Bomboi dio un paso más allá y se decidió a realizar envíos de dinero a varios combatientes de Estado Islámico en Siria "siendo plenamente consciente de la condición de tales y sus objetivos".

Hasta 10 transferencias distintas

Y lo hizo, según relata el Ministerio Público, "utilizando el sistema de transacciones internacionales Transferwise", que utilizó para remitir diferentes cantidades a Turquía y con destino final a Siria, sumando un total de 2860 euros a través de un intermediario: Faysal El Talal.

En total, la acusada realizó un total de nueve transferencias entre mayo y septiembre de 2020 con cantidades que fueron desde los 150 euros hasta los 600. Pero, adicionalmente, Bomboi envió en agosto de ese mismo año una remesa de 1.800 euros desde una cuenta bancaria diferente.

Del análisis de su teléfono móvil los investigadores pudieron localizar una diversidad de imágenes: mujeres vestidas con niqab empuñando fusiles de asalto tipo Kalashnikov, grupos de personas mostrando el símbolo de DAESH y varios combatientes del mismo grupo en posición de ataque.

Pero, además, también hallaron capturas de vídeo de su propio terminal en el que se podía ver una videollamada entre la propia Bomboi y uno de los soldados a los que envió el dinero. En la misma podía observarse a este hombre, Rhadi, dentro de una instalación de combate en la que se veían armas de guerra.

En una de esas llamadas un hombre aseguró a Bomboi que un contrabandista podría llevarle hasta Siria, preguntándole cuándo podría estar allí. La propuesta finalmente decayó porque la acusada no disponía de la cantidad reclamada para hacer el viaje.

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