Política

El PP europeo cierra filas con Feijóo tras la brecha por el primer pacto con Vox

"El mejor antídoto contra los extremos y los populismos es la buena política", traslada a Feijóo el vicepresidente de la Comisión.

Segunda jornada del XX Congreso Nacional del Partido Popular
Alberto Núñez Feijóo.
Agencias

Vox existe, compite y ha pesado en el trasfondo ideológico del cisma interno que casi tumba al PP. Pero en el congreso de Sevilla, Santiago Abascal y los suyos han encarnado al elefante en la habitación: todo el mundo sabe que está presente, pero se le ignora; y cuando no, la cita fue velada y para remarcar el perfil propio. Pero se trata de una alquimia complicada.

En medio de la guerra de Ucrania y de las críticas al Gobierno de Sánchez por ser el «más incapaz» para gestionar la crisis inflacionista que sigue a la pandémica, el PP de Alberto Núñez Feijóo hizo ayer bandera de europeísmo frente a las amenazas que penden sobre la democracia liberal. «Está siendo atacada sin complejos», alertó la portavoz del partido en el Parlamento de Estrasburgo, Dolors Montserrat, que señaló a «los populismos» y al «ultranacionalismo» emparentado con Vladímir Putin. Al fondo de esa alerta emerge la sombra de Vox y de la primera coalición en Castilla y León con la que Feijóo no ha querido mancharse las manos.

El día de su entronización, el nuevo presidente del PP se rodeó del líder de los populares europeos, el alemán Manfred Weber, y del vicepresidente de la Comisión, el griego Margaritis Schinas para escenificar un cierre de filas tras la brecha abierta por la alianza con Vox. «El mejor antídoto contra los extremos y los populismos es la buena política», incidió Schinas para preludiar su espaldarazo a Feijóo

Los organizadores de la cita sevillana con la que el primer partido de la oposición se ha afanado en restañar heridas, hacia dentro y hacia fuera, se habían trabajado en los preliminares la adhesión de sus pares europeos, después del tropezón que supuso la materialización del pacto castellanoleonés con los de Abascal. Una entente interpretada como «una capitulación» singularmente por el expresidente del Consejo Europeo Donald Tusk -el crítico más explícito-, y que vino a alentar Pablo Casado al felicitarse ante sus correligionarios comunitarios por no haber sellado un acuerdo similar con Vox a lo largo de su mandato. Casado, al que Schinas dedicó unas palabras de reconocimiento, soslayó en su despedida del Grupo Popular Europeo los zigzagueos protagonizados bajo su liderazgo en la espinosa relación con Abascal.

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