Esquerra y Bildu fuerzan al Gobierno a una negociación agónica por la reforma laboral

Díaz insiste en que no se levantará de la mesa pese al ultimátum del bloque independentista.

La vicepresidenta, Yolanda Díaz, durante su visita ayer a la planta de Seat de Martorell
La vicepresidenta, Yolanda Díaz, durante su visita ayer a la planta de Seat de Martorell
David Zorrakino/EP

La negociación por la reforma laboral entró este jueves en su fase más crítica. Desde Esquerra hicieron oídos sordos al cortejo protagonizado por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, durante su visita de dos días a Cataluña y dejaron claro que, en contra de lo presumido por Unidas Podemos, su postura permanece en el no. Lo escenificaron firmando una declaración conjunta en el Congreso junto a EH Bildu, la CUP y el BNG, con siete exigencias al Gobierno que obligarían en todos los casos a modificar el texto de un decreto ley que consideran "insuficiente". Una línea roja que el PSOE, los sindicatos UGT y CC OO, y la CEOE no están dispuestos a cruzar, y que fuerza a la coalición a buscar un acuerdo agónico para evitar que la norma decaiga el 3 de febrero en la Cámara baja.

Mientras el Gobierno permanece pegado a la calculadora y divido entre aceptar o repudiar el apoyo de Ciudadanos, ERC hace gala de una teatralización con la que ya han obtenido réditos a lo largo de esta legislatura. Cuando lograron pactar la cuota de los idiomas cooficiales en la Ley Audiovisual con un bloque de presión similar, el portavoz de los republicanos en el Congreso, Gabriel Rufián, alardeó del poder con el que cuenta su formación en unión con EH Bildu para atraer a PSOE y Unidas Podemos a sus postulados.

Este jueves fue su compañero Jordi Salvador, ex secretario general de UGT en Tarragona, el encargado de desgranar las exigencias de este bloque junto a Mertxe Aizpurua (Bildu), Nestor Rego (BNG) y Mireia Vehí (CUP), cuyos grupos suman 21 diputados. Estas pasan por la prevalencia de los convenios autonómicos, la recuperación de la indemnización de 45 días por despido improcedente y los salarios de tramitación, la vuelta de la autorización administrativa para despidos colectivos o la prioridad de los convenios de sector sobre los de empresa. "No hay nada cerrado, pero podemos votar no tranquilamente", zanjó Salvador, que insinuó que "hay personas importantes del Gobierno" (sin nombrar a nadie) ejerciendo un "veto" para no modular la reforma.

La posición de Bildu también presiona, indirectamente, al voto del PNV, socio clave del Gobierno en esta legislatura y por el momento instalado en el no, después de que los sindicatos ELA y LAB -mayoritarios en el País Vasco- hayan pedido la

Puerta abierta

Pese a todo, Esquerra avisa que existe una puerta entreabierta al acuerdo, un clavo ardiendo al que ahora se aferra Díaz. La vicepresidenta deslizó este jueves, durante su visita a la planta de Seat en Martorell (Barcelona), que ya conocía el contenido de esta declaración conjunta. "Y desde luego", recalcó explícitamente, "con Jordi Salvador, con el que estamos trabajando, deseo decir a los trabajadores que esta norma no está en riesgo y no corre peligro".

Díaz evitó ofrecer un compromiso público de introducir los cambios que le piden estas cuatro formaciones y se mostró menos optimista que el día anterior con un proyecto estrella de su departamento en el que se ha implicado personalmente. "Hemos estado negociando durante nueve meses con los agentes sociales y el acuerdo es extremadamente valioso", afirmó.

La noche anterior había cenado con el consejero de Empresa y Trabajo de la Generalitat y miembro de ERC, Roger Torrent, quien le reclacó que el apoyo de los suyos estaba lejos de cerrarse. En el encuentro transmitió a Díaz claramente que la actual reforma laboral "no es la que necesita Cataluña". Según el dirigente republicano, esta postura "no es un capricho ni tiene derivadas de carácter partidista o de cálculo político", como sostiene la vicepresidenta.

Díaz, en su línea de apostar por la discreción, no quiso desvelar ninguno de los aspectos que negocia con Esquerra aunque volvió a expresar su confianza en que no será necesario abrir la puerta a Ciudadanos, un partido que, a su entender, "expulsa" a la izquierda. "No sé si saben en Cataluña que nunca me levanto de la mesa", señaló.

Con la vicepresidenta ya de vuelta en Madrid, hoy será el turno de los secretarios generales de UGT y CC OO, José María Álvarez y Unai Sordo, que tratarán de defender la reforma laboral en una asamblea conjunta en Barcelona. Sin embargo, desde ERC, Salvador se mostró tajante: "Los sindicatos han hecho lo que han podido, ahora es el turno de los parlamentarios".

En el ala socialista de la coalición gubernamental mantienen una postura más pragmática en la búsqueda de apoyos parlamentarios. La vicesecretaria general, Adriana Lastra, respondió este jueves a los recelos de Díaz a que la reforma se convalide con los votos de Ciudadanos con un nítido "no podemos excluir a nadie". La dirigente del PSOE pidió a ERC y Bildu que dejen "una puerta abierta" a apoyar la reforma laboral. En la Moncloa dan por perdido el respaldo de la izquierda abertzale y si los republicanos también fallan manejan un plan B. Confían en que el decreto ley logre convalidarse los nueve diputados de la formación naranja y una suma de partidos minoritarios que podrían alcanzar los 176 síes.

El portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, aseguró este jueves que, en una conversación con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, calcularon que existe una mayoría de votos favorables a la reforma "más que suficiente".

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