Uno de los arrepentidos de 'Gürtel' apunta a Cifuentes y Pío García Escudero por la trama de Boadilla

Asegura que las campañas de 2003 y 2007 en ese municipio se pagaron con el dinero conseguido por Correa. 

Cristina Cifuentes y Pío García Escudero.
Cristina Cifuentes y Pío García Escudero.
Heraldo.es

César Tomás Martín Morales, ex gerente de la Empresa Municipal del Suelo y la Vivienda (EMSV) de Boadilla del Monte, ha enviado un escrito a la Audiencia Nacional donde reconoce los hechos que le imputa la Fiscalía por las presuntas actividades de la trama 'Gürtel' en ese municipio madrileño, al tiempo que implica en ellas a la ex presidenta regional Cristina Cifuentes y al dirigente 'popular' Pío García Escudero.

En un escrito del 11 de noviembre, al que ha tenido acceso Europa Press, Martín Morales admite delitos de cohecho, prevaricación, asociación ilícita, fraude a las administraciones públicas, tráfico de influencias, contra la Hacienda pública, falsedad documental, blanqueo de capitales y malversación de caudales públicos.

Y ello por haber participado en una dinámica que habría consistido en la adjudicación de contratos a las empresas del Grupo Correa desde las entidades públicas de Boadilla del Monte a cambio de comisiones que, según manifiesta, revertían también en el Partido Popular.

En este sentido, Martín Morales afirma que "la precampaña para las elecciones municipales de 2003 y la precampaña y campaña de 2007 del PP en Boadilla del Monte se han sufragado gracias a pagos de contratistas a través del dinero que conseguía de los mismos Francisco Correa", el líder de la 'Gürtel'.

Martín Morales recuerda que él dirigió la precampaña y campaña electoral de 2007, explicando que "estas campañas se solían soportar con pagos en efectivo a los distintos proveedores de productos y servicios y colaboradores al no poderse emitir facturas porque se rebasaban los límites que los partidos pueden destinar a las campañas".

"En las reuniones previas a los procesos electorales a las que se citaba a los jefes de campaña en la planta 1ª de Génova 13, sede regional del PP de Madrid, los responsables regionales de coordinación de campañas, creo recordar que Guillermo Ortega en 2003 y Cristina Cifuentes en 2007, siempre ponían de manifiesto que las campañas no debían pasar oficialmente los límites, sugiriendo que se llevaran a cabo en efectivo", cuenta.

Señala también a García Escudero. "Correa presumía de ser su amigo y decía que los adjudicatarios de las obras eran recomendados por el señor García Escudero y que se financiaba así al partido regional", sostiene.

Martín Morales refiere a este respecto que Correa le confió que "había recibido instrucciones de la cúpula del partido a través de García Escudero para que se le adjudicasen obras a la Constructora Hispánica en reconocimiento a la financiación de campañas que esta empresa les procuraba".

No obstante, detalla que 150.000 euros de una comisión que habría pagado esta misma constructora habrían ido a parar a la campaña electoral de otro partido distinto al PP, "un grupo político independiente" para "reducir los resultados de la oposición del PSOE y aventajar con ello al PP". 

Un trato privilegiado con la cúpula nacional

De acuerdo con el ex gerente de la EMSV, una de las piezas esenciales de la 'Gürtel' en Boadilla del Monte, conoció a Correa en 1996 y se le presentó como "amigo personal de los dirigentes del PP", asegurándole que tenía una "amistad estrecha" con Francisco Álvarez Cascos, Alejandro Agag, Luis Bárcenas, Juan Carlos Vera, Gerardo Galeote, Arsenio Fernández de Mesa y Jesús Sepúlveda, además de con García Escudero.

Correa "presumía de tener grandes clientes, entre los que destacaba el PP", para quien organizaba congresos y campañas electorales, sostiene. "Todos le conocían, era muy ansiada la amistad con él por todos los mandos del PP porque se relacionaba con Cascos, Arenas, Vera, etc", asevera.

Conocedor de ello, Martín Morales relata que Correa usaba "esas amistades situadas en la cúpula nacional del PP como medio para impresionar a mandos regionales y locales, especialmente de las Nuevas Generaciones del PP", entre los que menciona a Juanma Moreno, Alberto López Viejo, Benjamín Martín, Tomás Burgos y Pedro Calvo.

Una de las formas de impresionarles era "consiguiendo 'pases' para los congresos nacionales del PP que organizaba", unos "salvoconductos" que eran "algo muy escaso y deseado para los mandos locales o de las juventudes del partido", porque les daban la oportunidad de "codearse" con los mandos nacionales.

El propósito era "captar" a estos dirigentes locales y regionales para después "agasajarlos con regalos y viajes" con el objetivo último de "conseguir negocio -como él mismo manifestaba- en esos municipios".

De esta forma, a principios de los 90 Correa ya habría tejido "una red clientelar de algunos municipios y organismos gobernados por el PP que no se podían negar a adjudicarle las actividades de sus empresas porque se sentían en deuda con él". 

Galeote le abrió Boadilla

En el caso de Boadilla, Martín Morales dice que el entonces eurodiputado Gerardo Galeote, que era "amigo" de Correa, le abrió las puertas de la administración local, donde su padre, José Galeote, era teniente de alcalde y concejal. Este último habría presentado a Correa y al entonces alcalde, Arturo González Panero.

En el año 2000, el edil propuso a Martín Morales dirigir la EMSV. "Enseguida Correa me contactó para que la empresa municipal le facilitara contratos" a Sufi -que ya gestionaba el servicio de limpieza local- y "otras empresas que según decía 'ayudaban' al PP y le eran recomendadas por la dirección nacional", describe.

"La obediencia a lo ordenado por los dirigentes del partido era absoluta para los responsables locales -y mucho más para cargos de confianza en los consistorios o en empresas municipales-, que creen ganar puntos en su personal ascenso en la cúpula partidista", comenta.

Martín Morales admite haber recibido 1,3 millones de euros, precisando que la mayor parte de ese dinero lo recibió con el fin sufragar gastos de las candidaturas de González Panero en 2003 y 2007. Lo otro fue para su propia "esfera patrimonial".

Aunque declara su "absoluto arrepentimiento ante tal conducta, injustificable e ilegal", al mismo tiempo subraya que esas cantidades que se quedó las consideraba en su "fuero interno" retribuciones por los trabajos jurídicos que, como abogado, prestaba para el Grupo Correa, apostillando que tanto Correa como su 'número dos', Pablo Crespo, le encargaban tareas legales "permanentemente" y solo le pagaban una iguala mensual de 600 euros.

Martín Morales indica que la relación con Correa se truncó en 2003, cuando habría forzado que González Panero le cesara para poner en su lugar a Alfonso Bosch-que también ha confesado los hechos- porque la "cercanía" de este último con la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, interesaba al líder de la 'Gürtel' ante la expectativa de conseguir contratos de la administración autonómica. 

Pide pasar de casi 40 a 6 años de cárcel

Tras esta confesión, Martín Morales solicita que se le rebaje la eventual pena a 6 años y tres meses de cárcel, desde los 39 años y un mes que interesaba para él el Ministerio Fiscal, recordando que ya cubrió una fianza de 1,5 millones de euros y que le embargaron varias propiedades para hacer frente a una responsabilidad civil que estima "muy por encima" de la cuota que le correspondería.

En todo caso, expresa "su ánimo de afrontar el pago de las responsabilidades civiles que le correspondan con cargo al patrimonio total de que dispone", incluida la sede en Madrid de su despacho de abogados, donde ejerce.

Martín Morales ha dado este paso a pocos días de que comience el juicio por la pieza 'Boadilla' de la trama 'Gürtel', cuya sesión inaugural está prevista para el 16 de noviembre y que llega precedido de una cascada de confesiones, incluidas la de Correa y otros cabecillas.

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