No entiendo ni jota: las dificultades del confuso lenguaje administrativo

Una consultora analiza los textos de becas, bonos sociales, solicitudes de ERTE o ayudas al alquiler y constata su lenguaje "oscuro".

Un autónomo trabajando
Cerca de la mitad de los trámites (48%) no alcanzan buenos resultados en usabilidad.
Pixabay

"La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte....". La parodia más famosa del confuso lenguaje administrativo se la debemos a los hermanos Marx, pero enfrentarse a cualquier formulario de alguna oficina estatal, autonómica o local puede resultar tan inmanejable como el delirante diálogo de los Marx en 'Una noche en la ópera'. "La cuantía de la prestación es del 50% de la base mínima de cotización e igualmente está exonerado de abonar las cuotas y computa como cotizado". Este párrafo, sacado de un trámite de ayuda social, es solo un ejemplo de que, ciertamente, el papeleo oficial en España dista mucho de emplear un lenguaje sencillo y directo que facilite su comprensión a todos los ciudadanos, y especialmente a las personas de entornos más vulnerables, que son quienes más recurren a las Administraciones para poder acogerse a su paraguas de beneficios. Para ello, han de desafiar un laberinto de textos poco claros y rebuscados que impide a los lectores su total entendimiento, lo que acaba menoscabando sus derechos y agravando el proceso de exclusión social.

Preocupada por este asunto, la consultora Prodigioso Volcán ha analizado exhaustivamente el lenguaje de 500 textos oficiales relacionados con algunos de los trámites de mayor impacto social: el bono de la luz, las ayudas al alquiler, las solicitudes de ERTEs, las documentaciones del SEPE, las ayudas a familias monoparentales, las becas de comedor escolar... Y han constatado que casi tres de cada cuatro (el 72%) no son claros. Para elaborar este estudio se han analizado trámites de administraciones locales, autonómicas y estatales de toda España en las que se han estudiado los cuatro pilares de la comunicación clara: lenguaje, usabilidad (referida a cómo de fácil o difícil es navegar por una web), accesibilidad y diseño. Los resultados globales reflejan que cerca de la mitad de los trámites (48%) no alcanzan buenos resultados en usabilidad y el 72% emplea un lenguaje oscuro. Ningún trámite explica los abundantes tecnicismos que hay en esos documentos ni informa sobre el tiempo estimado de lectura y un 68% no utiliza frases cortas y directas, lo que dificulta su comprensión

"La Administración tiene numerosos recursos para la población vulnerable, pero muchas de las páginas webs que informan de esas ayudas y en las que estas deben solicitarse tienen una comunicación y unos textos poco claros. Para muchas personas, esta falta de claridad puede ser el único obstáculo, pero para la población más vulnerable puede llegar a suponer una barrera infranqueable", afirma Judith González Ferrán, jefa del proyecto de Comunicación Clara en Prodigioso Volcán. "Entiendo que la Administración quiera ser garantista y rigurosa, pero tiene que ser consciente de que muchos ciudadanos no entienden ese lenguaje", indica González, que advierte de la paradoja de que los textos más oscuros pertenecen al ámbito de la educación, y también del empleo.

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