Casado impone el silencio sobre Madrid para rebajar la tensión interna

La dirección nacional del PP intenta calmar las aguas y desactivar la polémica por un choque que les desgasta y que podría dar alas a Vox.

Isabel Díaz Ayuso, Pablo Casado y José Luis Martínez Almeida.
Isabel Díaz Ayuso, Pablo Casado y José Luis Martínez Almeida.
Paco Campos/EFE

Tras la tempestad llega la calma. Y tras el ruido de sables por el control del PP de Madrid, se impone el silencio. La dirección nacional es consciente de que la guerra abierta con Isabel Díaz Ayuso empieza a empañar su labor de oposición, además de generar malestar y preocupación entre sus filas, y toca a rebato. El choque entre Sol y Génova acabó por eclipsar el pasado miércoles a Pablo Casado en el debate de los Presupuestos Generales del Estado y en la cúpula del PP están decididos a rebajar la tensión interna a sabiendas de que no se puede mantener este pulso hasta que se convoque el congreso regional, aún sin fecha.

Con la mayoría de las encuestas de cara y el Gobierno de coalición enzarzado por la reforma laboral y por otras cuestiones tan espinosas como la ley de vivienda o la factura energética, son muchos los líderes territoriales y cargos de PP que no terminan de entender que el jefe de la oposición esté enredado en un asunto interno que no beneficia a nadie pero que le está desgastando a él y a todos. "Las batallas internas siempre se pagan en términos electorales", advirtió este domingo el presidente andaluz, Juanma Moreno, en una entrevista en 'El Mundo'.

El eco de todas esas tensiones se ha extendido por el aparato del partido en el resto de España, que no es ajeno a lo que ocurre en Madrid. Los barones regionales reconocen que es "normal" que Díaz Ayuso quiera coger las riendas de la formación pero no comparten semejante pulso regional, cuando ni siquiera se ha fijado el cónclave y quedan unos cuantos procesos autonómicos que van por delante. "Lo que hay que hacer es respetar el calendario y las reglas del juego marcadas", reconocía este domingo en 'La Razón' el castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco.

Andalucía y Castilla y León miran especialmente de reojo este duelo, ante el runrún continuo de fondo de celebración de elecciones anticipadas. El "carajal" del PP de Madrid no les viene nada bien. Una lucha por el poder y una división interna, advierten, es algo que los electores castigan y puede tener una repercusión claramente negativa en las urnas, por lo que reclaman sosiego. "Al ciudadano no le gustan las batallas internas, ni le interesan -recordaba Moreno- Lo que le interesa, básicamente, es que le resuelvas sus problemas".

Con el viento demoscópico a favor, el temor es que un deterioro de la marca PP termine traduciéndose en más votos para Vox. Una encuesta de Metroscopia publicado esta misma semana le da a los de Santiago Abascal entre diez y once escaños en Castilla y León, cuando ahora sólo sientan a un procurador en las Cortes autonómicas. El último sondeo del Centro de Estudios Andaluces (CENTRA) apunta también a una subida de Vox en esta comunidad, que pasaría de los doce escaños actuales a obtener entre trece y quince escaños.

Destensar

Conscientes de que el enfrentamiento no les favorece, en Génova reconocen que ahora hay que "trabajar para que la situación se destense", empezando por no contestar a "filtraciones" ni a las "intoxicaciones" del entorno de la presidenta madrileña y dejando que impere el "silencio". "Si Ayuso frena, bajarán las aguas", añaden las fuentes consultadas, que no quieren por el momento oír hablar de primarias, de candidatos, ni de segundas vueltas porque ni siquiera hay fecha para ese cónclave.

Pero para apagar el fuego el PP nacional necesita de la colaboración de la líder regional y de su equipo. Una tregua que, en todo caso, sería temporal porque sigue sin haber acuerdo ni voluntad de consenso sobre la persona que debe presidir el PP de Madrid. Las posiciones siguen enrocadas y ni Casado va ceder a las presiones de Díaz Ayuso, ni la dirigente madrileña va a aparcar sus aspiraciones. "Está en su derecho legítimo", defendió hoy el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, y uno de los hombres de máxima confianza de la presidenta.

Aunque en la Puerta del Sol responsabilizan del ruido a Génova la llamada desde el resto de territorios a calmar las aguas internas parece haber calado en el entorno de Díaz Ayuso. Ruiz Escudero evitó echar más leña al fuego, aseguró que "no es el momento de generar más debate" y que el congreso autonómico "llegará cuando llegue".

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