POLÍTICA

Las discrepancias que han hecho temblar al Gobierno en una legislatura plagada de colisiones

La marcha del emérito, la ley de vivienda o la derogación de la reforma laboral han amenazado con fragmentar la coalición en el último año.

Foto de archivo de Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz en el Congreso
Foto de archivo de Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz en el Congreso
Efe

Desde que Pedro Sánchez fue investido en enero de 2020, el Gobierno de coalición ha mutado, en numerosas ocasiones, en un Ejecutivo de colisión. Tanto PSOE como Unidas Podemos siempre tuvieron en mente que la alternativa a su ruptura -con una hipotética victoria de PP y Vox-no era asumible, que las divergencias eran, incluso, saludables, y el verdadero problema, que en España no existía una "cultura de la coalición". La consigna, que la pugnas eran el pan de cada día y no debían sorprender. Pero la realidad es que la legislatura ha llegado a peligrar.

Con esa mentalidad, el entonces vicepresidente Pablo Iglesias reconoció solo un mes después del nacimiento del Gobierno que en Podemos tenían que "tragar sapos" en busca del bienestar común. Pero los dos socios no tardaron en chocar por primera vez, a finales de febrero, después de que las ministras Irene Montero y Carmen Calvo airearan sus diferencias por la Ley de Libertades Sexuales.

Aquella lucha por abanderar el movimiento feminista dentro del Ejecutivo provocó la convocatoria urgente de la primera reunión de la Comisión del Seguimiento del Pacto de Coalición. Un órgano que PSOE y Podemos se habían dado para solucionar, en privado, sus diferencias. Pero la tensión estalló fuera de la sala del Consejo de Ministros después de que el entonces vicepresidente Pablo Iglesias insinuara que el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, era un "machirulo" por dudar de la legalidad del texto presentado por Podemos.

Había comenzado una carrera por marcar territorio que solo serenó el duro golpe de la pandemia. El Gobierno mantuvo cierta unidad durante los primeros compases de la crisis sanitaria y las sucesivas prórrogas de los estados de alarma, pero la relación saltó por los aires cuando Juan Carlos I anunció su salida de España el 3 de agosto de 2020.

En Podemos calificaron el movimiento de "fuga" y lo llegaron a comparar con la protagonizada por el ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán a principios de los 90. Mientras el PSOE cerraba filas en torno a la corona, Iglesias y Sánchez mantuvieron una "fuerte discusión", como reconocerían entonces, en torno a la postura del Gobierno respecto al delicado asunto. Desde ese momento, ambos empezarían a mantener reuniones semanales, a solas, en Moncloa.

Calidad democrática

Después de uno de estos maitines, Iglesias inició una ofensiva pública para dudar de la "calidad democrática" de España. Aquello provocó la reacción de ministras como la de Defensa, Margarita Robles, en una polémica que se saldó con un tuit de la entonces secretaria de Estado Ione Belarra (ahora ministra de Derechos Sociales) calificándola de "la ministra favorita de Vox". Sánchez llegó a pedir a sus socios que "bajaran decibelios".

En medio de la polémica, el 15 de marzo de 2021, Iglesias anunció por sorpresa que renunciaba a su cargo como vicepresidente segundo para disputar las elecciones de la Comunidad de Madrid a Isabel Díaz Ayuso. Su sustituta en el puesto, la ministra de Trabajo Yolanda Díaz, implantó un modelo de relaciones más sereno y alejado de Twitter, como ella misma recomendó a los diputados de Unidas Podemos en un encuentro en el Congreso.

Sin embargo, quedaban asuntos pendientes como la ley de vivienda o la 'ley mordaza'. La primera se solventó con un acuerdo el 5 de octubre que desbloqueó el borrador de los Presupuestos de 2022 y dejó atrás un año de discusiones. Los socialistas querían añadir incentivos fiscales a los arrendadores, mientras que los morados preferían no hacerlo.

Pero sin duda, el choque por la derogación de la reforma laboral, que tuvo su cénit el 22 de octubre, cuando Belarra convocó de urgencia al PSOE para una reunión, ha sido el más agrio de la legislatura. Los morados denunciaron "injerencias" de la ministra Nadia Calviño en las negociaciones, mientras que los socialistas no estaban dispuestos a quedarse fuera del proyecto. Discrepancia que ambos socios tratarán de resolver este martes.

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