El Gobierno, preocupado por la "banalización" de los riesgos del cannabis
El delegado para el Plan Nacional sobre Drogas, Joan Ramón Villalbí, cree que el camino a seguir con el debate sobre su regulación debe ir por el medicinal, que es el que marca la ciencia.
El delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Joan Ramón Villalbí, ha mostrado este martes su preocupación por "cierta banalización" de los riesgos del cannabis y cree que el camino a seguir con el debate sobre su regulación debe ir por el medicinal, que es el que marca la ciencia.
Villalbí ha comparecido en la Comisión Mixta para el Estudio de los Problemas de las Adicciones el mismo día en el que el Congreso debate la toma en consideración de la propuesta de Más Madrid para regularlo dentro de un marco normativo coherente con la realidad social.
Respondiendo a los grupos que le han preguntado por ello, el delegado del Gobierno ha trasladado su inquietud porque "este tema se abordara de forma que generara una gran disponibilidad de cannabis, como cogollos para consumo", y que ello se refleje en un aumento del mismo y de las "consecuencias negativas" que ello acarrearía.
"Es la preocupación que tenemos y que es razonable: tenemos el camino de la regulación de medicamentos y productos sanitarios, que en la UE tenemos bien desarrollada, y por ahí vamos a ver lo que se puede proponer", ha subrayado.
A su juicio, el debate debe enfocarse por el del uso medicinal, como hará la subcomisión creada a tal efecto, si bien ha asegurado que es "muy poco" lo que se conoce sobre porque "no hay estudios, los que hay son muy malos o se hicieron muchos años atrás con un cannabis que no era el que está circulando ahora".
No obstante, ha recordado que la comisión de estupefacientes de la ONU que suscribió España cambió su clasificación porque "venía a decir que el cannabis es una sustancia con potencial adictivo" sin atisbos de "ningún beneficio de ningún tipo".
"Pero la ciencia ha decidido que no es cierto" y que hay algunos indicios de que derivados de esta sustancia pude ser útil "para algunas situaciones", con lo que se la sacó de la lista en la que figuraba junto a opioides adictivos y letales como la heroína, porque además dificultaba el desarrollo de ensayos clínicos, de estudio y de investigación.
Aunque continúa en el convenio de estupefacientes pero, igual que la morfina, "reconoce que puede ser objeto de investigación médica legítima".
De hecho, en España existen dos medicamentos aprobados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) -Sativex y Epidyolex-, que están "tomando entre tres y cuatro mil personas y que están aliviando sus síntomas".
"Este es el camino, es el camino de la ciencia, del conocimiento, de la regulación de medicamentos y productos terapéuticos y que puede estar abierto a otras sustancias", ha argumentado Villalbí, que ha puesto como ejemplo un hospital de Granada que administra heroína con fines compasivos a 20 pacientes adictos a esta droga.
Durante la primera parte de su comparecencia, el delegado ha recordado que según los últimos datos del Plan Nacional Sobre Drogas, alrededor de un 10% de la población española ha consumido esta sustancia en el último año y un 3% lo ha hecho diariamente.
Cifras que, ha apuntado, son "relativamente altas en el contexto internacional".
"Estamos bastante preocupados por la detección de una cierta banalización de los riesgos asociados al cannabis, que contribuye seguramente a favorecer su consumo", ha proseguido antes de dejar claros los peligros vinculados al cannabis, como son el aumento de las lesiones, "sobre todo por tráfico".
También produce brotes psicóticos, sobre todo en usuarios noveles -algunos muy jóvenes acaban en urgencias la primera vez que lo consumen-, y genera dependencia en un 10% de los que lo hacen ocasionalmente, que se dispara al 50% si es a diario.
