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El jefe del rescate en Afganistán lamenta toda la gente que ha quedado allí

El coronel Alfonso Álvarez Planelles señala que lo que iba a ser un evacuación se convirtió en "una operación de rescate".

España concluye la misión de evacuación de personas de Afganistán
Imagen de la misión española de evacuación de personas de Afganistán
Ministerio de Defensa

España tenía previsto evacuar a 400 afganos y al final fueron 2.000, "un éxito en cuanto al número" que "no refleja la cantidad de gente que se ha quedado allí", pero "estábamos limitados en el tiempo", lamenta el coronel Alfonso Álvarez Planelles, jefe del operativo de rescate de colaboradores en Afganistán.

Este militar ha desgranado las claves del rescate de ciudadanos afganos a través del aeropuerto de Kabul y del fin de la presencia militar internacional en Afganistán, después de que los talibanes tomaran el control del país, en un encuentro organizado por el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior (Incipe), en colaboración con el Ministerio de Defensa.

El coronel ha señalado que lo que iba a ser una operación para evacuar a la gente que "la Embajada nos iba a poner en el aeropuerto de una manera fácil, se convirtió en una operación de rescate", intentando que los colaboradores pudieran traspasar "esa barrera de masa" de gente "desesperada" que intentaba escapar a través del aeropuerto, que se convirtió en un "caos".

Se habilitaron tres puertas para entrar al aeropuerto, que estaban "absolutamente masificadas y con peligro de que fueran colapsadas si la gente intentara entrar otra vez", por lo que había que "sostener aquello, a la fuerza muchas veces, para evitar que la gente se colara", ha contado.

A los colaboradores había que chequearlos para comprobar que "eran ellos, mirar que no revertían peligro para nadie y sacarlos", ha explicado el coronel Álvarez Planelles

"Unos días realmente complicados, muy duros, en los que las imágenes eran terribles de gente sufriendo muchísimo" para intentar salir.

Este militar ha recordado que los americanos marcaron el 27 de agosto como fecha límite para la operación de refugiados y el 30 se produjo la salida con la que se puso fin a veinte años de presencia americana en Afganistán, "después de tanto esfuerzo continuado para tratar de traer a ese sufrido país a una posición social, económica y de seguridad mejor".

"Nos fuimos todos confiados de que el país quedaba medianamente organizado, con unas fuerzas armadas medianamente potentes, bien equipadas, pero cual no fue mi desagradable sorpresa cuando vimos que en agosto los talibanes iniciaron su habitual ofensiva de verano" y que iban avanzando sin ninguna oposición, sin la presencia del ejercito, la policía, ni el gobierno afgano. "Sin pegar ni un solo tiro".

Ha considerado que haber retrasado la retirada no hubiera cambiado la situación. "El ejército afgano tenía que hacerse cargo de la seguridad y parecía que podía hacerlo" y, junto con el gobierno, debían de ser los dueños de su propio destino. "Y no es que no hayan podido hacerlo, es que han faltado a la cita, han desaparecido", ha lamentado.

"Parecía que íbamos en la dirección correcta", que eran dueños de su propia seguridad", ha subrayado.

El coronel ha insistido en que la forma en que se desarrollaron los acontecimientos fue una sorpresa, ya que a lo largo de los años se dio armamento, equipos y munición al ejército afgano para que pudiera combatir a los talibanes y ese es el material que éstos han recuperado.

No cree que hubiera más información de la que los países aliados tenían, a no ser que el Gobierno afgano y los talibanes hubieran llegado a algún tipo de acuerdo, pero ha reconocido que es su propia especulación, "sin fundamento".

Por ello, ha incidido en que la filosofía talibán es "sentarse y dejar que el enemigo vaya desgastándose y parece que es lo que han estado haciendo este tiempo".

A su juicio, el análisis de si el esfuerzo de veinte años de presencia internacional ha merecido la pena y si Afganistán se va a convertir en refugio de organizaciones terroristas, es un debate abierto y que habrá que afrontar para buscar soluciones. "Es un reto grande, no se va a poder mirar para otro lado", ha sentenciado.

Aunque ha considerado que los talibanes siguen teniendo la misma actitud "salvaje" de antes, ha advertido de que "vivir del cultivo del opio" puede no ser suficiente, por lo que si quieren ayuda de la comunidad internacional "van tener que tener un comportamiento menos talibán".

España se unió a la resolución de la ONU que autorizaba la presencia de tropas en Afganistán en enero 2002 con 350 militares y llegó a tener 1.500 efectivos de una sola vez, "un esfuerzo considerable", que se tradujo en la realización de 28.000 patrullas, tres millones de kilómetros recorridos, 1.400 misiones de desactivación de explosivos y el adiestramiento de más de 13.000 militares afganos.

En todo este tiempo, nuestro país ha aportado 27.100 militares a la seguridad y reconstrucción de Afganistán, de los que 97 perdieron la vida, además de tres guardias civiles y tres intérpretes nacionalizados. 

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