La isla de La Palma está pendiente de un enjambre sísmico que desde el pasado jueves ha originado 22 pequeños temblores, según reporta el el Instituto Geográfico Nacional (IGN). Uno de 1,9 grados ha sido el de mayor magnitud, detectado a las 1.49 de este miércoles en El Paso, a 6 kilómetros de profundidad.

Estos temblores no son la única preocupación para los habitantes de la isla y de las autoridades, ya que también se ha detectado actividad inusual en la zona volcánica de la Cumbre Vieja, lo que ha encendido el llamado 'semáforo amarillo' de alerta volcánica por un "proceso de intrusión magmática, aunque no se descarta una "evolución rápida a corto plazo".

La directora del IGN en Canarias, María José Blanco, ha dicho que hay que tener en cuenta que no todas las inyecciones de material magmático, como está ocurriendo en La Palma, tienen que acabar en erupción en superficie, y de hecho la mayoría no la alcanza.

María José Blanco ha indicado asimismo que el aumento de la deformación del terreno de 1,5 centímetros desde el lunes hasta los 6 centímetros de ayer da a entender que se trata de un proceso con una dinámica muy rápida, que es bastante energético.

De hecho, ha añadido que los terremotos se producen con una frecuencia muy alta y son de magnitudes más altas que los que hubo en El Hierro, y además se está produciendo una migración de los sismos hacia la superficie.

El presidente del Cabildo de La Palma, Mariano Hernández Zapata, ha avanzado por su parte, que "no hay una certeza al 100%" de que vaya a ocurrir un desenlace rápido y por eso se hace un seguimiento diario de la situación cada día a través del comité científico". Recordó que los científicos no ven probable una erupción inminente, si bien pidió "máxima atención y máxima colaboración" a los vecinos, sobre todo los de los municipios afectados -Llanos de Aridane, El Paso, Mazo, Fuencaliente y Tazacorte- y que "estén atentos" a los medios oficiales por si hay que modificar la alerta.