POLÍTICA

Aragonès fija en 2030 la fecha tope para convocar el referéndum independentista

El presidente del Govern presiona a Pedro Sánchez para que encabece la delegación del Gobierno en la mesa de diálogo.

Pere Aragonès, este martes.
Pere Aragonès, en una imagen de archivo.
EP

2030. Esta es la nueva fecha fetiche para el independentismo catalán, tras 2014 y 2017. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha situado este lunes ese año como límite para que Cataluña celebre un referéndum de autodeterminación, ya sea con el visto bueno del Gobierno central o con el aval internacional, como propone Oriol Junqueras.

Aragonès presionó al Ejecutivo central de cara a la próxima reunión de la mesa de diálogo entre los dos gabinetes, prevista para la tercera semana de septiembre. El Gobierno dejó días atrás en el aire la asistencia de Pedro Sánchez en el foro entre las dos administraciones, sin embargo en el Govern ya dan por hecha su participación. "No concibo" y "no entendería" que no acuda, avisó Aragonès en TV3.

El líder independentista confirmó que la delegación catalana estará integrada por miembros del Govern (presidente y consejeros), lo que cierra la puerta a la presencia de dirigentes del independentismo, como Oriol Junqueras, cuya presencia se había insinuado semanas atrás. Los socialistas esconden las cartas y afirman que lo importante de la cita no es quién acuda si no la voluntad de llegar a acuerdos.

Nadie espera que de la mesa salga la solución al conflicto, tal y como expresó la semana pasada Jordi Sànchez, pero Aragonès sí trata de que la cita tenga el máximo vuelo posible porque se juega la estabilidad del Govern, sustentada en Junts y la CUP, quienes, según los republicanos, se dedican a diario a menospreciar el diálogo con Madrid.

El presidente de la Generalitat desearía que la mesa se reúna cada dos o tres meses y que de ella saliera no tanto una fecha para el referéndum, lo cual en la parte catalana ya saben que es imposible, sino pactar al menos los "procedimientos" para la resolución de conflicto. El líder republicano reclama en este sentido que el Gobierno actúe como el Ejecutivo de Londres, que ya se ha abierto a autorizar un segundo referéndum en Escocia si el 60% de la población está de acuerdo. Si hay una mayoría clara y persistente en el tiempo a favor de la secesión, el Gobierno no debería mantener su negativa, reclamó.

Mesa encarrilada

La tensión se ha reducido en el tablero catalán como consecuencia de los indultos a los presos del 'procés' y este año no habrá un otoño caliente como en ejercicios anteriores, lo cual no ayuda al Govern para presionar al Gobierno. Aun así, Aragonès avisó a Sánchez que si la mesa "no se encarrila" como un ámbito de negociación política, ERC dejará de apoyar al Ejectivo central. "O se da una solución democrática o todo saltará por los aires", amenazó.

Aragonès solo lleva cien días en el cargo, pero ya tiene unas ciertas urgencias. En el pacto que suscribieron ERC y la CUP para la investidura, acordaron que el presidente de la Generalitat deberá someterse a una cuestión de confianza en 2023. Tendrá que renovar el apoyo con las fuerzas independentistas, que le aprietan con una agenda soberanista imposible de cumplir. También le presionan con los presupuestos, en el caso de la CUP, que se niega a respaldar al Govern. Hasta la fecha, Aragonès vetaba el apoyo de los socialistas. Este domingo abrió la puerta a esa posibilidad.

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