entrevista

Pablo Casado: "Sánchez ha activado un ‘procés II’ cuando el independentismo ya estaba derrotado"

El líder del PP acusa al presidente de liderar «el Gobierno más radical de Europa» y ofrece un pacto judicial que «cumpla con la UE y con la Constitución».

Pablo Casado, durante las jornadas del PP europeo en El Escorial la semana pasada.
Pablo Casado, durante las jornadas del PP europeo en El Escorial la semana pasada.
Félix Morquecho

Pablo Casado (Palencia, 1981) se ha rodeado de una guardia pretoriana de exministros, ex secretarios de Estado e independientes de prestigio para diseñar su gobierno en la sombra. «Sánchez nos va a dejar un país absolutamente destrozado. No es una cuestión de recuperar el poder, sino de achicharrarnos para salvar España». Cuarenta y ocho horas después, el presidente del Gobierno rompe la baraja y lleva a todo su núcleo duro a la sección de esquelas. Sánchez descoloca a todos y bendice una nueva legislatura. Poco duró la alegría. Que si la crisis de Cuba, que si el varapalo del Tribunal Constitucional por el estado de alarma...

Ha criticado duramente al Gobierno tras el varapalo del Tribunal Constitucional por el estado de alarma, pero el PP avaló las tres primeras prórrogas.

En el primer debate dije que el estado de alarma que propusieron desbordaba el marco constitucional porque era un estado de excepción encubierto. Fui muy criticado y resulta que también lo advirtió Carmen Calvo. Actuamos por responsabilidad y siempre exigimos una ley antipandemias que evitase este caos jurídico.

La imagen de la justicia está muy tocada. ¿Por qué el PP no se sienta con el PSOE para desbloquear la renovación del Poder Judicial?

Mi condición sigue siendo la misma que hace tres años: reforzar su independencia. El responsable del bloqueo es Sánchez. Sin duda. Pero es que la Comisión Europea ya ha dicho que tenemos razón y que al menos la mitad de los vocales del Consejo deben ser elegidos por los jueces. El PP está encantado en renovarlo siempre siguiendo lo que marca la Constitución y la UE.

¿No le preocupa el desprestigio que está sufriendo la justicia por la clase política?

No todos somos iguales. Que miren a Moncloa. No quiero tener nada que ver con el Consejo del Poder Judicial. Se lo dije a Sánchez. Renunciaba incluso a hablar del nombre que presidiera el Consejo. Que se encierren los veinte vocales, como en un Concilio Vaticano, y que de ahí salga un nombre.

¿Qué cambia con la llegada de Pilar Llop al Ministerio de Justicia tras la salida de Juan Carlos Campo?

Pues no lo sé, porque los ministros de Justicia le duran menos a Sánchez que sus cumbres con Biden. ¿Aquí quién manda? Sánchez. ¿Y qué quiere hacer con la justicia? Ponerla a su servicio, como hace con todo. Y no lo vamos a tolerar. ¡Basta ya de arrasar con todas las instituciones del Estado! Este es un país serio y durante cuarenta años siempre se había hecho todo por consenso.

Sánchez ha vuelto a sorprender con la crisis de gobierno. ¿Le ha descolocado?

A mí no. Lo que descolocó fue la cabeza a siete amigos. Es una persona sin límites ni principios. Me dio pena cómo tiró por la ventana a sus más estrechos colaboradores con un desprecio que no merece nadie. Creo que en política hay que ser, sobre todo, buena persona y se ha demostrado que Sánchez no lo es.

En lo político, el giro es más que evidente. Empieza otro partido.

Se ha dicho que es un giro a la moderación. Falso, porque tienen a cinco ministros de Podemos que defienden a Cuba. Y segundo mantra: es una vuelta al PSOE clásico. Falso. El PSOE clásico echó a Sánchez de secretario general para que no hiciera un pacto Frankenstein y ahora mete en el acuerdo a esa gente haciéndoles ministros. ¿Qué broma es esta?.

Si usted fuese presidente, ¿diría en público que Cuba es una dictadura teniendo en cuenta los intereses de firmas españolas que operan en la isla?

Cuba es una dictadura y al empresario que no le guste, que se busque otro destino. No se puede estar al margen de un drama así. A los ministros progres de Podemos y del PSOE, a esos de la izquierda caviar que tanto les gusta Cuba, les recomiendo que se vayan a vivir allí. No van a tener problemas con la carne, porque no tienen para comer. Bueno, menos los castristas, que son millonarios.

¿Y Marruecos lo es?

Marruecos es una monarquía, un país estratégico para España. Desde un posicionamiento pragmático, hay que tener buenas relaciones en política antiterrorista, migratoria o para combatir el narcotráfico. Pragmatismo sí, pero con firmeza en el respeto a nuestras fronteras.

Sánchez relegó a Miquel Iceta, quien no ocultó su malestar. ¿Cree que el presidente se arrepiente de los indultos tras sufrir la reacción hostil de la mayoría de los agraciados?

Los indultos no son el pago para lo que queda de legislatura, sino que fueron el pago que todavía no había podido cobrarse a cambio de la investidura. Lo que se está negociando es el referéndum para terminar la legislatura. De ahí el desdén de los presos golpistas.

¿Lo habrá? Sánchez ha dicho que «nunca jamás» lo aceptará.

No tengo la menor duda. Pedro Sánchez ha activado un ‘procés II’ cuando el independentismo ya estaba derrotado por el Estado.

¿Cataluña ha roto de forma definitiva todos los puentes entre usted y Pedro Sánchez?

Los ha roto desde su propia investidura. Antes tenía a Iglesias y podía decir que actuaba así porque se lo exigían, pero con su marcha ha quedado desnudo. Hemos estado dos años ofreciéndole pactos de Estado y hace lo que hace porque le da la gana. Y lo hace porque es un radical.

Es lo mismo que le achacan a usted, que se ha radicalizado siguiendo la estela de Ayuso.

El único cambio de los últimos meses es que Sánchez ha virado al independentismo en contra de su palabra y de su espacio electoral. El PP sigue en el centro.

Pese a tanta polarización política, ¿las elecciones se siguen ganando en el centro?

Por eso estamos ganando en las encuestas. En Madrid, de 35 escaños que ganó el PP, 26 fueron de Cs y nueve del PSOE. La gente quiere soluciones.

¿Qué queda de aquel Pablo Casado que recibió tantos halagos por su discurso centrista en la moción de censura?

Lo que dije en la moción de censura de Vox lo llevo diciendo toda mi vida política y lo que digo sobre los indultos y los batasunos, también. El único que ha cambiado es Sánchez. Lo que pedimos es que dimita y convoque elecciones.

Pero está blindada por una holgada mayoría en el Congreso que se ha conjurado para evitar que usted llegue al poder.

Es un Gobierno inestable, fracturado internamente entre el PSOE y Podemos, con los socios también enfrentados entre ellos. La legislatura está en vía muerta. Es un avión que tiene una avería en un motor. ¿Se va a estrellar? Esperemos que no. Yo mismo haré que no se estrelle porque antes que mi partido está España.

¿Volver a tierra y pactar con el PP? ¿Usted está dispuesto?

La cabra tira al monte y después de las elecciones de Madrid podría haber dicho «oye, Pablo, ahora que nos van a aprobar el plan europeo de recuperación y necesito hacer reformas, ¿las acordamos?». Y lo que ha hecho es recuperar la mesa de autodeterminación con Esquerra.

¿Pablo Casado se ve ya durmiendo en la Moncloa?

No soy como Sánchez. No pienso en colchones ni en aviones ni en palacios. Nos vamos a encontrar un país absolutamente destrozado, por eso estamos trabajando en leyes que en los primeros cien días de gobierno nos permitan desfibrilar España. Ya lo hicimos en 1996 y en 2011. No es una cuestión de recuperar el poder, sino de achicharrarnos para salvar España si hace falta.

¿Dormiría tranquilo con Abascal siendo su gran valedor en la Presidencia del Gobierno?

El modelo de Galicia o Madrid, o el que nos dan las encuestas en Andalucía, Castilla y León o Murcia, es el que va a acabar pasando a nivel nacional.

Hasta ahora nunca han conformado un gobierno de coalición con Vox. ¿Sigue siendo una línea roja como lo es para el PP europeo en Alemania o Francia?

No los ha habido y ese fue mi compromiso. Ha habido acuerdos puntuales de gobernabilidad o de presupuestos sin renunciar nunca a nuestros valores e ideales.

Vox y Cs insisten en exigirle que presente una moción de censura en otoño. ¿Lo hará?

Decía Ortega que los esfuerzos inútiles conducen a la melancolía. Para sumar 176 escaños, necesitaríamos el apoyo de los independentistas o de Bildu, y evidentemente jamás lo aceptaré.

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