soberanismo catalán

Puigdemont y Junqueras se reencuentran en Waterloo casi cuatro años después de la huida del expresidente catalán

El líder de ERC ha subido la escalinata de la casa sin que nadie le haya salido a recibir, aunque minutos después Puigdemont ha escenificado el reencuentro independentista con una foto de familia a la entrada.

Los líderes de JxCAT y ERC, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, respectivamente, se reunieron este miércoles en la residencia del expresidente catalán en Waterloo, en el primer encuentro entre ambos desde la declaración de independencia de 2017, cuando el primero huyó a Bélgica y el segundo ingresó en prisión.

Tras casi cuatro años sin verse, la reunión tuvo un "carácter personal" y ambos se dieron "uno, dos y tres abrazos", según explicó a la prensa Junqueras al término del encuentro, que describió como "muy especial, muy emotivo y muy agradable".

Pero no hablaron de las discrepancias políticas entre JxCAT y ERC sobre la estrategia que debe seguir el independentismo, por ejemplo, ante la futura mesa de diálogo entre la Generalitat y la Moncloa.

"Siempre estamos a favor de reencontrarnos y de hablar con todo el mundo y será un placer seguir haciéndolo", concedió Junqueras, que fue el único de los dos líderes catalanes que compareció ante los medios.

Sin recibimiento

Puigdemont no recibió en la puerta a Junqueras, cuando llegó hacia las 14.00 hora local (12.00 GMT), junto a los exconsellers de ERC Raül Romeva, Dolors Bassa y Meritxell Serret, más la expresidenta del Parlamento catalán Carme Forcadell, que hicieron los últimos metros a pie antes de entrar a la vivienda.

No obstante, minutos después sí hubo una fotografía conjunta entre Puigdemont, Junqueras y el resto de presentes en el encuentro, entre los que estaban también el exconseller Toni Comín -militante de ERC durante el Gobierno catalán del referendum ilegal del 1 de octubre y ahora en las filas de JxCAT- y el rapero Valtònyc.

Free Catalan separatist leaders in Waterloo
Foto de familia en la casa de Puigdemont, en Waterloo.
STEPHANIE LECOCQ

Junqueras, no obstante, quiso quitar hierro a este hecho: "No necesito interpretar nada. Me parece muy bien que todo el mundo abra, no abra, cierre, salga, entre, vaya, venga, y en todo caso, para mí es un placer reencontrarme con los compañeros".

Además, el líder de ERC aseguró que no tiene "por costumbre reprochar nada a nadie y en sentido contrario tampoco".

En cambio sí existe "un compromiso explícito de compartir este esfuerzo en la lucha contra la represión que todos sufrimos", comentó Junqueras.

Fueron aproximadamente dos horas y media de reunión, en la que encargaron comida a domicilio, sin bien los postres los preparó Puigdemont, según fuentes del entorno del expresidente catalán, que no quisieron concretar el menú.

Futuros encuentros

La reunión tuvo lugar este miércoles en la residencia de Puigdemont en Waterloo y no ayer en Estrasburgo (Francia), aprovechando que Junqueras se desplazó hasta la sede del Parlamento Europeo para reunirse con eurodiputados de los Verdes y la Alianza Libre Europea, durante la sesión plenaria de julio.

Y es que el expresidente catalán y ahora eurodiputado no ha viajado en esta ocasión a la ciudad francesa.

Junqueras se mostró confiado en poder reencontrarse "bien pronto" en Bruselas, Estrasburgo, Ginebra y "ojalá", en Cataluña, sin bien no quiso poner fecha a esas futuras reuniones.

Con el encuentro de este miércoles culminó el viaje al extranjero de los nueve expresos del procés tras salir de la cárcel. La semana pasada viajaron por separado, los de ERC a Ginebra (Suiza) a reunirse con la secretaria general del partido, Marta Rovira; y los de JxCAT a Waterloo, a verse con Puigdemont.

Vecinos

Como es habitual durante varios de los recibimientos de Puigdemont en su residencia de Waterloo, hasta la puerta se acercaron simpatizantes independentistas, en esta ocasión cuatro catalanes residentes en Bélgica, con carteles reclamando "unidad" a ambos líderes.

Por otra parte, protestó el vecino de enfrente de la residencia de Puigdemont, un belga francófono con la bandera española desplegada en el balcón, que les gritó que se fueran a Flandes, región liderada por los independentistas belgas. 

Se trata de la primera cita entre ambos en casi cuatro años, un tiempo en el que han exhibido sus diferencias y los partidos que lideran han chocado constantemente por el rumbo del proyecto independentista.

De hecho, el reencuentro se produce en la residencia de Puigdemont, después de que el expresidente evitara el encuentro en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo a la que acudió Junqueras este martes. Tras la reunión en Waterloo, no habrá declaraciones conjuntas y ha sido el líder republicano quien ha atendido a la prensa.

A finales de octubre de 2017, tras la declaración unilateral de independencia, Puigdemont huyó a Bélgica para evitar la acción de la justicia, mientras que Junqueras sí que fue a declarar ante la Audiencia Nacional y entró en prisión en noviembre.

Desde que obtuvieron los indultos, los presos del 1-O han comenzado a reencontrarse con los dirigentes independentistas en el extranjero: la semana pasada los excarcelados de ERC visitaron a la secretaria general del partido, Marta Rovira, que está en Ginebra.

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