Por
  • Esperanza Pamplona

Están matando a mujeres y niños

El barco oceanográfico sigue rastreando los fondos marinos de Tenerife en busca de pistas sobre las niñas desaparecidas
Sigue el rastreo de los fondos marinos de Tenerife en busca del cuerpo de Ana y de su padre
Miguel Barreto

Llevamos semanas hablando de maltrato. La cosa empezó con el testimonio de la hija de Rocío Jurado. Lo que nos dispusimos a ver con un gesto de superioridad y cierta ironía acabó encogiéndonos el corazón y espoleando los prejuicios que tanto nos limitan. Luego vino el chorreo de cadáveres: 19 mujeres muertas -una de ellas menor de edad- por violencia de género desde el fin del estado de alarma. Y tres niños.

Está claro que en el tema de la violencia de género se ha avanzado mucho, pero igual de claro es que queda un largo camino por recorrer. Camino que pasa por la educación, en los colegios y en casa; por la tolerancia cero de la sociedad a comportamientos machistas, paternalistas o que minusvaloren a la mujer abierta o sutilmente.

Estos días las redes se han llenado de mensajes de dolor y tristeza por las dos niñas asesinadas por su padre. Hasta el alma más mezquina se horroriza ante algo así.

A este fenómeno se le denomina violencia vicaria. Hacer daño a la mujer a través de los hijos. Está bien que tenga nombre porque las cosas solo existen cuando se les puede nombrar. Y cuando existen se les puede combatir.

Quien maltrata a una mujer no puede cuidar de sus hijos. Quien humilla o denigra a otra persona no puede ser un ejemplo para un menor. La paternidad es algo más que facilitar techo y alimentos. Hay que proveer de principios y moral. Alejar a los maltratadores de sus hijos debería ser la primera medida que un juez adopte en estos casos. Y muchas mujeres aún callan denunciarían.

La ministra Montero reclamaba este viernes en Zaragoza "justicia feminista" para los crímenes de las dos niñas. Yo creo que la justicia para mantener su esencia no debe tener apellidos. Pero justicia, sí, sin límites. Y medios. Y conciencia social.

Desde el año 2013, 41 menores han muerto víctimas de la violencia de género a manos de sus padres. En la memoria de todos, el caso de José Bretón, que mató a sus dos hijos tras separarse de su mujer, o el de Ángela Carreño, que tras denunciar a su marido en 51 ocasiones por maltrato, este asesinó a la hija de ambos de 7 años de un tiro. Lo recordamos, sí. Pero no lo hemos frenado.

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