La carta de Junqueras amenaza con un cisma en el Govern y en el mundo independentista

ERC rebaja el alcance de las palabras de su líder, pero Junts le acusa de pretender "tutelar" a Aragonès y la CUP sopesa retirar su apoyo.

Pere Aragonès, acompañado por varios consejeros en la sede de la Generalitat
Pere Aragonès, acompañado por varios consejeros en la sede de la Generalitat
Efe

Como en su día ocurrió con la confesión de Jordi Pujol, la carta enviada el lunes por Oriol Junqueras, en la que abraza los indultos y cuestiona la vía unilateral a la independencia, ha provocado un seísmo en el secesionismo. Junts acusó al histórico líder de Esquerra de querer "tutelar" al presidente de la Generalitat y "limitar" su liderazgo. La réplica lleva la firma de Jordi Sànchez, secretario general del partido pos convergente, en un contundente artículo publicado en el diario Ara, el mismo que publicó el de Junqueras.

La paz entre Esquerra y Junts, los dos socios del Govern, ha durado poco más de dos semanas. Se preveía una relación difícil tras años de enfrentamiento descarnado, pero que la calma no durara ni un mes no entraba ni en los cálculos del independentista más pesimista. Todo por plantear que la vía unilateral hacia la independencia "no es viable ni deseable".

Sànchez rebajó los planteamientos pragmáticos de Junqueras a una mera opinión "personal" que no forma parte del acuerdo de gobierno entre ambas formaciones. Aunque denunció que el día elegido para hacer público el artículo forma parte de una operación orquestada con el Gobierno de Pedro Sánchez. "No fue una fecha azarosa" porque coincidió con la presencia del presidente del Gobierno y de la Generalitat en un acto de la patronal Fomento del Trabajo, la más ferviente defensora del diálogo entre ambas administraciones para solucionar el conflicto en Cataluña.

El dirigente de Junts, preso en la cárcel de Lledoners con una condena de nueve años, confiesa estar "desconcertado" con el "giro de guión" de Junqueras y su "revisión radical" de los hechos que han jalonado el proceso independentista, como el referéndum y la efímera declaración unilateral de independencia. Unos hitos que dan "legitimidad" al soberanismo. Sànchez no llega a hablar de rupturas ni de crisis, pero utiliza términos muy duros contra Esquerra, a la que exige una "autocrítica" por su actitud actual, pero también se remonta a la que mantuvo en los días posteriores a la consulta del 1-O.

La CUP, el socio externo del Govern, desenterró asimismo el hacha de guerra y amenazó con retirar el apoyo parlamentario al Govern, lo que dejaría en una situación de extrema debilidad al Ejecutivo de Aragonès, que tendría que rehacer su estrategia y buscar apoyos en los comunes o incluso el PSC. Unos respaldos innombrables para el mundo independentista.

La respuesta de la CUP no fue una sorpresa porque ya lanzó un aviso para navegantes el mismo día en que Aragonès se estrenó en el cargo con la ocupación de la sede central de ERC en Barcelona para exigir cambios en los protocolos policiales. Este martes elevaron el tono. No se puede renunciar a la unilateralidad, advirtieron. "Descartarla es un error garrafal", remataron. También la ANC arremetió contra los republicanos y les pidió que aclaren su posición respecto a la unilateralidad.

Capear la tormenta

Fuentes de la Presidencia de la Generalitat, antes de conocer la airada respuesta del secretario general de Junts, trataron de rebajar el alcance de las palabras de Oriol Junqueras y reclamaron al Gobierno de Pedro Sánchez que no aliente falsas expectativas porque el independentismo "no renuncia" a la vía unilateral.

Estas mismas fuentes apuntaron que el texto del líder republicano se ha sobrevalorado en algunos sectores de Madrid y Barcelona porque, en realidad, dice lo mismo que defiende desde hace años. En el libro escrito junto a Marta Rovira, afirma que el "Estado debe saber que su negativa a negociar un referéndum, si perdura en el tiempo, puede desembocar en una actuación unilateral del independentismo".

Esta es la base de los acuerdos de gobierno suscritos por Esquerra con la CUP y Junts y a los que remiten fuentes del Govern ante la tormenta desatada para asegurar que la vía unilateral se mantiene como opción, aunque Aragonès priorizará la vía escocesa del el referéndum pactado.

Los republicanos están preocupados por las repercusiones y tratan de sofocar el incendio provocado por su presidente, tildado desde los sectores más radicales del independentismo como el traidor que ha firmado la rendición y ha matado el 1-O. También critican a Aragonès por su sumisión ante Sánchez en el acto del empresariado catalán.

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