Podemos se precipita a una transición abrupta y llena de incógnitas

La Ejecutiva del partido tomará las riendas mientras Yolanda Díaz debe cumplir seis meses como afiliada para optar a la secretaría general.

Cartel de Unidas Podemos en su sede de Madrid
Cartel de Unidas Podemos en su sede de Madrid
Efe

Todo estaba previsto para que transición en el liderazgo de Unidas Podemos fuese un proceso tranquilo que se extendiese hasta el congreso del partido en 2023, antes de las elecciones generales. Sin embargo, la abrupta salida de Pablo Iglesias deja un escenario lleno de interrogantes, sin la tutela del histórico líder y con una sucesora designada, la vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, que no tiene carné del partido, aún declina aceptar la corona morada y debe ganarse la confianza de las bases.

Por el momento, la ejecutiva de la formación -compuesta por una veintena de dirigentes- pilotará este nuevo escenario y será el órgano encargado de convocar la Asamblea Ciudadana (la cuarta en la historia de la formación) en la que se elija al nuevo secretario general, previsiblemente este otoño.

Mientras tanto, se espera que la ministra de Igualdad, Irene Montero, o la de Asuntos Sociales, Ione Belarra, den un paso adelante para tomar temporal y públicamente las riendas, pero lejos de ostentar el protagonismo que tenía Iglesias. Las dos sonlas favoritas para ocupar la secretaría general. Yolanda Díaz, por su parte, aún debe alcanzar el mínimo de seis meses de militancia que exigen los estatutos si quiere optar a liderar Unidas Podemos en un futuro.

"Hay que feminizar los liderazgos", fue la otra clave que Iglesias dejó en herencia antes de anunciar el martes que dejaba todos sus cargos en el partido. Por tanto, esto augura que otros líderes potenciales como Pablo Echenique, Alberto Rodríguez o Rafael Mayoral se mantendrán en segunda línea.

También está por definir la forma en la que seguirán conviviendo las distintas organizaciones que conforman la coalición: Podemos, Galicia en Común, En Comú Podem, Izquierda Unida y el PCE. Desde el partido morado aclaran que una cosa es el liderazgo de Unidas Podemos y otro bien distinto el de sus confluencias.

Bicefalia en la cúspide

Por tanto, lo presumible es que se produzca una suerte de bicefalia, ya que hasta ahora Iglesias ocupaba la secretaría general de Podemos y de Unidas Podemos. El liderazgo de Díaz se enmarcaría en la segunda organización, la principal, que tendrá como adjuntos a los máximos responsables de las formaciones que componen la alianza.

La última Asamblea Ciudadana se celebró en mayo de 2020, tras ser atrasada varios meses por la pandemia. En ella, Iglesias salió reelegido con el 92 % de los votos. En aquel momento, el ya exlíder morado solo tuvo en frente a un contrincante, Fernando Barredo, uno de los críticos más conocidos del partido. El sector de Anticapitalistas, encabezado por Teresa Rodríguez y Miguel Urban, había anunciado su ruptura meses antes de la cita, que se desarrolló de una forma plácida, a diferencia de lo ocurrido en 2017.

Sin embargo, en esta ocasión hay más incógnitas, principalmente por el liderazgo indiscutido del ya ex secretario general. Aunque Iglesias presenta su futuro lejos del partido (reconoció que quiere volver a la docencia y a ejercer un "periodismo crítico"), es improbable que de la noche a la mañana deje de ejercer un peso considerable en las decisiones del partido aunque carezca de un puesto orgánico.

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