¿Existe la madrileñofobia? Así es la capital española vista desde fuera
Seis personas reconocidas de otras tantas comunidades españolas comparten su visión de la capital española, inmersa ahora en la recta final de la campaña antes de sus elecciones autonómicas.

¿Hay un nacionalismo madrileño? ¿Se habla demasiado de la capital? ¿Existe la madrileñofobia? Efe pregunta a pensadores de seis comunidades sobre la imagen de la capital española más allá de sus fronteras. El resultado: admiración por su cosmopolitismo y su carácter abierto, mezclada con cierto recelo.
Un director de cine (Benito Zambrano), una académica (Marilar Aleixandre), una filóloga (Elisa Delibes), un periodista (Josep Ramoneda), un sociólogo (Francisco Llera) y una científica (Pilar Mateo) reflexionan desde Andalucía, Galicia, Castilla y León, Cataluña, País Vasco y la Comunidad Valenciana sobre el Madrid de cara al exterior.
La impresión general, que es una ciudad "rompeolas de españoles venidos de cualquier rincón", "acogedora, cosmopolita y culturalmente muy abierta" y "nada hostil", que no existe la "madrileñofobia", pero que los políticos pintan "trampantojos" para mostrarla como no es y algunos han pecado de insolidarios en la pandemia.
BENITO ZAMBRANO (ANDALUCÍA)
El director de cine sevillano Benito Zambrano tiene una doble visión sobre cómo se percibe Madrid, ya que, aunque nació en el sur, lleva viviendo en la capital desde 2005. Ese tiempo fuera no le lleva a olvidar sus raíces andaluzas y ejerce como tal.
Considera que es una ciudad "cálida, acogedora, amigable y muy integradora para la gente de fuera" y niega "claramente" que haya animadversión hacia ella.
"Yo no conozco a nadie que hable mal de Madrid, ni aquí, ni en Andalucía, mi tierra. Nunca he oído ningún tipo de mal rollo". Y como andaluz, agrega: "Lo único que puedo hacer es envidiarla".
"Envidio Madrid, envidio Cataluña, envidio al País Vasco... creo que han sabido defender su tierra y su cultura mejor que nosotros, los andaluces. Por eso los tres tienen un peso específico y social en este país de países que, por supuesto, no tiene Andalucía". Eso lo que le produce, dice, es "tristeza, pero no animadversión y rechazo".
Zambrano está convencido de que la gran mayoría de los que viven en Madrid lo hacen "por obligación", pero también "como opción de vida", porque "Madrid es un lugar estupendo y maravilloso para vivir, mucho mejor que cualquier otro lugar en el mundo. De eso estoy seguro".
MARILAR ALEIXANDRE (GALICIA)
El caso de Marilar Aleixandre es el contrario de Zambrano. Madrileña de nacimiento, se instaló en Galicia en 1973, con 26 años. Esta escritora, académica, traductora, bióloga y catedrática de la Universidad de Santiago, adoptó el gallego como lengua literaria.
A Aleixandre, el término madrileñofobia le suena "horrible" y lo que detecta son "personas que se ponen bastante nerviosas con las tonterías de algunos políticos y de algunas personas de Madrid".
"Usan cosas que son de todos para barrer para casa" y "eso provoca rechazo", dice, como también los madrileños que se saltan el confinamiento, un comportamiento que tacha de "insolidario".
"Lo que no nos gusta es cierto tipo de discursos, personas que dicen cosas como: es que Madrid es España y España es Madrid. Entonces, ¿dónde dejas al resto?", se pregunta. "Cuando oigo a Isabel Díaz Ayuso, parece dar a entender que lo demás no tiene importancia y que lo que pasa en Madrid es lo importante", añade.
Para la escritora, es "injusto que haya unas comunidades en las que se paguen menos impuestos por una serie de cosas, porque eso pues es trampa, 'dumping', tiene muchos nombres...", por lo que debería haber "un sistema justo de distribución".
ELISA DELIBES (CASTILLA Y LEÓN)
La ciudad de los brazos abiertos, el poblachón o lugarón manchego que vieron Azorín o Azaña es Madrid, un sedimento con estratos de varias generaciones de españoles y, desde hace unas décadas, de los países hermanos de la América Hispana: "Siempre ha estado abierta a todo el mundo".
Quien así se expresa es Elisa Delibes, hija del escritor Miguel Delibes y presidenta de la fundación que lleva el nombre de un novelista que visitaba con frecuencia la capital de España.
Ella también lo hace desde que, siendo una niña, con sus hermanos y sus padres, dejaban el coche en el aparcamiento de Santo Domingo, cerca de la plaza del Callao, "una o dos veces al año para ver tiendas bonitas, exposiciones, obras de teatro...".
"Para mí no existe un nacionalismo que pudiéramos llamar madrileño", dice a Efe esta licenciada en Filología Francesa, profesora de instituto y jubilada, y habla de la "suerte" que tienen los que, como ella, viven en una ciudad pequeña y tienen cerca otra más grande.
Madrid no es, para Delibes, "nada hostil, en absoluto" y además le "encanta", repite una y otra vez. "Es normal que se hable tanto de ella porque es la capital de España, pero a mí no me cansa".
JOSEP RAMONEDA (CATALUÑA)
El periodista y filósofo catalán Josep Ramoneda cree que en Cataluña hay "una cierta actitud" de una parte de la ciudadanía de ver Madrid "como algo distante y ajeno".
"Pero no hay mucho más que esto, no veo una xenofobia especial contra los madrileños, no veo que haya en el ambiente mucha obsesión con Madrid", añade.
Ramoneda opina que ese "hecho diferencial" madrileño introducido en la campaña del 4M por Díaz Ayuso va "más allá de Madrid", ya que considera que hay "una operación orquestada y debidamente dirigida para poner la derecha en manos de lo que sería una especie de 'trumpismo cañí'".
Porque estos comicios, reflexiona, "no empiezan ni terminan en Madrid, sino que apuntan al Gobierno de España" y Cataluña se la juega en ellos "relativamente" por las consecuencias que podrían tener a nivel de la política nacional.
FRANCISCO LLERA (PAÍS VASCO)
Sociólogo, politólogo y director del Euskobarómetro, Francisco Llera cree que "claro que hay un orgullo madrileño", pero ve a la capital como "un rompeolas de españoles venidos de cualquier rincón y que traen y llevan sus modos de vivir y sentir".
Por eso, opina que "suponer o sentir desde cualquier rincón periférico que hay un nacionalismo madrileño es reflejar un paleto complejo de inferioridad".
A los "forofos" vascos, dice, "les pone el discurso simplificador y lleno de estereotipos y trampantojos", pero "a los más cosmopolitas les encanta Madrid y lo que ofrece, como cualquier gran metrópoli moderna".
"Y para la mayoría -añade- es la capital de la nación del Estado, que ven lejana y llena de claroscuros". De esa impresión se alimenta, apunta, el nacionalismo, que "funciona con un estereotipo de Madrid como imaginario del centralismo y la quintaesencia del españolismo" y "utiliza como espantajo de todos los males, para imponer su visión de la realidad".
Este sociólogo cree que los nacionalistas vascos y catalanes prefieren ver a Madrid "como versión simplificada del poder del Estado" porque "el nacionalismo rehuye de la multilateralidad del Estado". "O se les reconoce como 'españoles de primera', o reniegan de lo español. Puro supremacismo egoísta", opina.
PILAR MATEO (COMUNIDAD VALENCIANA)
La científica Pilar Mateo está convencida de que los valencianos, un pueblo de carácter abierto, "mediterráneo y alegre" y en el que prima el lema "vive y deja vivir", no han "perdido un minuto de sueño" por la posible existencia de una "madrileñofobia", una idea que considera "absurda".
"¿Fobia a las personas por venir de Madrid? ¡No, gracias!", asevera la investigadora valenciana, que ha dedicado su vida profesional a combatir enfermedades endémicas como el mal de chagas o el dengue.
Mateo ve Madrid como "una ciudad muy acogedora, cosmopolita y culturalmente muy abierta a lo foráneo" pero admite que, en "momentos graves", motivados por un alto índice de infectados por el coronavirus, "nadie entendía muy bien" la falta de restricciones en la capital.
Concretamente, el hecho de que "si nosotros nos veíamos forzados a la idea monacal de recogerse en casa, aislarse y esperar a que el tiempo escampara, otros pudieran hacer de las vacaciones y el turismo una fiesta lúdica en la que la participación era de obligado cumplimiento".
"Pero no se entendía ni de los nativos de la zona, ni de los visitantes cualquiera que fuera su origen", aclara.