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María Ángeles Benítez: "Hay prisa, nuestra ambición es que los fondos europeos rieguen España en verano"

La nueva directora de la Comisión Europea en España niega que la UE haya fracasado en la vacunación e insiste en que el 70% de la población estará inoculada en julio.

María Ángeles Benítez, directora de la Comisión Europea en España.
María Ángeles Benítez, directora de la Comisión Europea en España.
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Se llama María Ángeles Benítez Salas y desde el 1 de abril es la máxima responsable de la Representación de la Comisión Europea en España. El rostro y la voz de Bruselas, del kilómetro cero. Llega con una mochila de 35 años de experiencia en la UE, donde ha ostentado altos cargos en la dirección de Agricultura o en el laboratorio de ideas de la Unión.

La batalla del relato es, quizá, la gran asignatura pendiente del proyecto comunitario y ésta, confiesa, es uno de sus grandes retos. Respecto a las muchas críticas recibidas por la estrategia de vacunación, asegura que la UE debe estar orgullosa de su respuesta y ratifica el compromiso de que el 70% de la población esté vacunada en julio. Respecto a ese maná llamado fondo de recuperación, se muestra optimista, sobre todo tras el plácet del Tribunal Constitucional alemán, y anuncia que "la ambición es que rieguen España en verano". "Hay prisa", subraya.

¿Cuál será su principal reto?

Quizá explicar la Unión Europea y sus acciones de manera simple para que logre llegar a los ciudadanos. Es lo que se llama la 'narrative', el relato. Nuestros temas han adquirido tal nivel de complejidad que no es fácil hacerlo, pero debemos hacer un esfuerzo para explicar la relevancia del proyecto comunitario.

Hágalo. ¿Por qué Europa?

Porque solos no podemos. ¿Se imagina lo que hubiese sido hacer frente a esta crisis sanitaria sin precedentes haciendo cada uno la guerra por su cuenta? ¿Qué país lo puede hacer solo con garantía de éxito? ¿Qué sería de los 27 Estados miembros sin los fondos de recuperación europeos?

Hablando de la crisis sanitaria, la UE está sufriendo durísimas críticas por su estrategia de vacunación en comparación con otras potenciales mundiales. ¿Europa ha fracasado?

No. Al contrario. Europa debe estar muy orgullosa de sus capacidades industriales. Dada la situación, se ha gestionado todo de la mejor manera posible. Le recuerdo que la Comisión no tiene competencias en materia de salud pública y en una situación sin precedentes y en un tiempo muy corto, los Estados miembros pidieron a la UE que se ocupasen de esto. Se dieron cuenta de que solos no podían. En un tiempo récord, la Comisión negoció y financió la adquisición y producción de vacunas. Otra cosa es un incumplimiento de contrato por parte de alguna empresa, como ha sucedido con Astra Zeneca.

Pero las cifras de EE. UU., Reino Unido o Israel están ahí y no dejan muy bien a la UE...

Las comparaciones son odiosas. Reino Unido, por ejemplo, es un solo país que además cuenta con capacidades de producción y no tiene que lidiar con muchas de nuestras complejidades. Pese a todo, se ha dicho que el 70% de los europeos estarán vacunados en julio y lo vamos a cumplir.

¿Seguro?

Por supuesto.

Haga autocrítica. ¿Qué se ha hecho mal? ¿La negociación con las farmacéuticas fue la mejor?

No creo que negociar a la luz pública sea una manera eficiente de negociar. Toda negociación siempre requiere un mínimo de discreción. Quizá la transparencia se podría haber mejorado algo, la coordinación entre Estados miembros... Es un ejercicio de autocrítica que debemos hacer todos, no sólo las instituciones europeas.

Muchos gobiernos autonómicos están abonando el discurso de hacer la guerra por su cuenta a la hora de comprar vacunas. ¿Realmente este escenario es factible o es humo político?

Depende del reparto de competencias que haya entre las distintas administraciones territoriales que hay en España. Lo único que le puedo decir es que en los contratos gestionados por la Comisión Europea no puede intervenir nadie más.

Como ya es costumbre, España vuelve a ser uno de los países más castigados por una gran crisis. Lo hemos fiado todo a unos fondos comunitarios que siguen sin llegar. ¿Cuándo lo harán?

Nuestra ambición, y creo que el Gobierno español lo comparte, es que los fondos europeos estén aquí en verano. Queremos que sea lo antes posible. ¿Y qué es lo antes posible? El verano. Es nuestra mejor previsión. No creo que sea mucho más tarde porque todo el mundo tiene prisa porque estos fondos son el regadío que la economía necesita ahora.

Todos los Estados miembros, sobre todo los del Sur, están presionando para que se acelere la entrega de los fondos. ¿Europa no corre el riesgo de volver a reaccionar tarde ante un gran crisis? ¿Por qué esos fondos no están ya ayudando a los países?

Europa puede ser lenta, pero segura. Y le puedo asegurar que con este plan está siendo inusitadamente veloz dada la dimensión de los fondos y lo que nos estamos jugando. El diseño ya está hecho y la aplicación será muy rápida.

La otra cara de estos fondos es la condicionalidad. ¿Qué reformas deberá hacer el Gobierno, sí o sí, para recibirlos? Pensiones, el mercado de trabajo...

No hay una condicionalidad en el sentido clásico, pero sí debe haber un trabajo conjunto que cumpla con las prioridades que todos nos hemos marcado. No se trata de 'toma este dinero y dentro de cinco años me cuentas que has hecho con él'. Se trata de presentar reformas que sean eficaces para alcanzar los objetivos aprobados por todos los Estados.

Bruselas siempre aparece en el imaginario popular como la mala de la película. ¿Volverá esa Bruselas de los hombres de negro y los recortes?

No. Yo vería a la Bruselas que está impulsando un plan de recuperación histórico para afrontar esta crisis. Siempre he estado convencida de que la solidaridad es el valor fundamental de la Unión y es lo que está sucediendo ahora. Es verdad que cuando hay un problema, todos miran a Europa, pero cuando hay éxitos, pocos se acuerdan de ella.

La oposición, con el PP al frente, ha convertido a la Comisión en el árbitro para dilucidar las disputas nacionales. La última ha sido la reforma judicial, denunciada también por los propios jueces. ¿Están preocupados?

El diálogo con las instituciones españolas es constante y nuestra postura nunca ha cambiado. Hemos subrayado la importancia de mantener la independencia del Poder Judicial y consultar en particular a la Comisión de Venecia para impulsar todas aquellas reformas que se pongan encima de la mesa.

¿ La UE se ha repuesto ya del 'Brexit'? ¿Quedan muchas heridas por cicatrizar?

Fue una pena. Siempre he pensado que aunque las negociaciones llegasen a buen puerto, no hay 'brexit' bueno. Es muy pronto para evaluar las consecuencias pero sí es evidente que muchos flujos comerciales se han redireccionado y el comercio se ha contraído. Sin olvidar, ojo, el problema de la frontera de Irlanda, que se ha recrudecido y nos preocupa bastante.

Con la salida de Reino Unido, mucho se ha hablado de la gran oportunidad de España para liderar la Europa de los 27 junto a Alemania y Francia. Pero la sensación es que el país está dejando escapar esta gran oportunidad, sobre todo tras la llegada de Mario Draghi a Italia.

Es verdad que la figura de Mario Draghi es muy conocida, pero el peso de un país no se mide en función de este tipo de factores. España aporta mucho a la Unión. Lo hace, por ejemplo, en toda la cuenca mediterránea y en ese rol de 'puente' con América Latina. Su papel es muy importante.

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