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Hermano del Caníbal de Ventas, acusado de trocear y comerse a su madre: "Vivía en mundo imaginario"

Al parecer, el Caníbal de Ventas empezó a estar "ido" cuando se fue de erasmus a Grecia.

Juicio al caníbal de Ventas
Juicio al caníbal de Ventas
EFE

El hermano del acusado de matar, trocear y comerse a su madre en Madrid en 2019 ha asegurado que el conocido como Caníbal de Ventas vivía “en un mundo imaginario”, en referencia a los supuestos episodios de psicosis que sufría y por los que fue ingresado en dos ocasiones como paciente psiquiátrico.

La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Madrid ha continuado este viernes el juicio a Alberto S.G., para el que la Fiscalía pide quince años y cinco meses de prisión como presunto autor de los delitos de homicidio con agravante de parentesco y profanación de cadáver, y reclama que indemnice con 90.000 euros a su hermano.

En la sesión han declarado en calidad de testigos el hijo mayor de la víctima, una amiga de la familia, dos vecinas y la dueña del bar al que solía acudir el acusado junto a su madre, que ha desvelado en su intervención que Alberto S.G. le envió una carta tras haber acabado presuntamente con la vida de la víctima en la que se arrepentía de los hechos.

“Me pedía perdón y me decía que oía voces y que no entendía por qué lo había hecho”, ha relatado tras confirmar que es la encargada de cuidar al perro del encausado, quien la ha saludado con la mano al entrar a la sala de vistas.

El hermano de Alberto S.G., que vivía con su pareja cuando sucedieron los hechos, ha contado ante el tribunal que el acusado comenzó a mantener enfrentamientos con su madre a raíz de la muerte de su padre en 2008 porque la víctima “estaba depresiva y desatendió la casa”, aunque ha reconocido que nunca presenció cómo su hermano la maltrataba, pese a sospecharlo.

Sin embargo, ha subrayado que el acusado empezó a estar “ido” cuando se fue de erasmus a Grecia, lugar al que tuvo que viajar el testigo ante los avisos de varios amigos de su hermano porque “no estaba bien” y donde le encontró durmiendo en la calle. “Decía que le habían atracado y que tenía que escapar de allí, pero era mentira, sólo eran historias que se montaba en su cabeza”, ha afirmado. El testigo ha explicado que su hermano “se iba mucho de botellón y fumaba porros”, pero pensaba que su relación con las sustancias estupefacientes no era “obsesiva”. 

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