Los jueces fijarán la custodia y el régimen de visitas de las mascotas en un divorcio

El Congreso inicia una reforma legal para que los animales domésticos dejen de ser considerados cosas y nadie pueda embargarlos. Solo Vox rompió el consenso y espetó al resto de diputados que "esta proposición de ley está hecha por auténticos animales".

El vínculo que se crea entre las mascotas y los niños les obliga a asumir responsabilidades y a aprender valores como el respeto.
Los jueces fijarán la custodia y el régimen de visitas de las mascotas en un divorcio
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Las mascotas serán tratadas como el resto de miembros de la familia en caso de divorcio y nadie podrá embargarlas aunque su dueño sea un moroso. El Congreso ha dado el primer paso para que la legislación civil y mercantil española, la que regula las relaciones personales y comerciales, deje de tratar a los animales domésticos como a simples cosas, sin diferencia jurídica alguna con un ficus o un taburete. Hasta ahora, para el Código Civil, no son más que bienes muebles, propiedades fácilmente trasladables.

El pleno de la Cámara baja, a propuesta del PSOE y con el único rechazo de Vox, acordará iniciar una reforma legal que, cuando se complete en un meses, hará que los animales domésticos pasen a ser considerados, a todos los efectos, "seres vivos dotados de sensibilidad", a los que se otorgará derechos y cuyos propietarios tendrán la obligación de atender su bienestar, evitar el maltrato, el abandono, o la provocación de una muerte cruel e innecesaria.

Es una proposición de ley casi idéntica a otra que el Congreso empezó a tramitar hace más de tres años a propuesta del PP, y que no llegó al BOE solo por la disolución del Parlamento con el adelanto electoral de 2019. Solo Vox rompió el consenso con 'no' rotundo por considerarla "una insensatez" y "una proposición de ley hecha por auténticos animales". "Siempre llegan tarde, pero terminarán aceptándolo", les contestó la socialista Sandra Guaita. "A sus tatarabuelos políticos también les costó aceptar que las personas de otro color no eran mercancías; a sus abuelos, que los trabajadores tienen derechos; y a sus padres políticos, que las mujeres no eran meros floreros", añadió.

La reforma, que cambiará 26 artículos del Código Civil, uno de la Ley Hipotecaria y otro de la Ley de Enjuiciamiento Civil, altera la naturaleza jurídica de todos los animales domésticos, que dejarán de ser cosas, y garantiza la protección de los aproximadamente 16 millones de mascotas que conviven con las familias españolas. Ningún gato doméstico podrá ser tratado ya por cónyuges o jueces como una nevera durante una ruptura matrimonial, ni ningún perro terminará en un depósito tras un embargo a su dueño.

Uno más de la familia

Uno de los cambios fundamentales de la reforma es el que busca tratar a los animales de compañía prácticamente como a uno más de la familia. De hecho, el 40% de los hogares tiene una mascota. Prevé modificar los artículos 90, 91, 94 y 103 del Código Civil, los que dicen cómo debe ser el convenio judicial que regule una separación, divorcio o nulidad, para obligar al juez no solo a determinar las condiciones en que quedan los hijos y las propiedades de la pareja, o las pensiones que deben pagarse, sino también a fijar con detalle el destino de las mascotas familiares.

En la actualidad, con la ley en la mano, el animal carecía de derecho alguno. Estaba expuesto a ser un elemento más en los posibles chantajes de pareja durante la ruptura y los tribunales no tenían obligación alguna de prestarle más atención que al destino del automóvil familiar.

La reforma, sin embargo, obliga al juez a establecer la guarda y custodia del animal, que podrá recaer en uno de los cónyuges o ser compartida, y a detallar "un reparto de los tiempos de convivencia y cuidado" -un régimen de visitas- si lo cree necesario, así como a especificar las medidas cautelares que ve precisas para que cada parte pueda cumplir con lo previsto en el convenio, incluida la manutención.

El texto, que ahora pasará a la fase de enmiendas, le dice al juez incluso cuál debe ser su criterio que debe guiarle al diseñar el futuro de la mascota. Lo hará, señala en cada uno de los artículos modificados, "teniendo en cuenta el interés de los miembros de la familia y el bienestar del animal".

La nueva ley también busca proteger al animal de compañía de los compromisos y maniobras financiaras de la familia. Por un lado, modifica la ley de enjuiciamiento civil para declarar entre los bienes que considera "en absoluto inembargables" para responder a las deudas de sus propietarios a las mascotas. El legislador toma esta medida, indica en el texto, "en atención al especial vínculo de afecto que liga a los animales de compañía con la familia con la que conviven".

En busca de una protección similar, cambia también el artículo 111 de la ley hipotecaria. La modificación prevista dice que, "salvo pacto expreso", las hipotecas no podrán incluir entre los bienes que sirven de aval los animales domésticos de una explotación ganadera, industrial o de ocio. Lo que prohíbe en cualquier caso es que las hipotecas se extiendan a los animales de compañía.

Las modificaciones del Código Civil también regulan cómo actuar ante el hallazgo de un animal doméstico. Como norma general, dice que debe devolverlo a su propietario, por medios propios o a través de las autoridades, y que tiene derecho a reclamar los gastos generados. Pero también indica que puede quedárselo, hasta que la autoridad decida al respecto, si tiene sospechas fundadas de maltrato o abandono al animal.

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