El Gobierno destina 60 millones contra los tendidos eléctricos, que matan cada año a decenas de miles de aves

Águilas imperiales y búhos reales, entre las especies más amenazadas al colisionar o electrocutarse con el cableado aéreo.

Águila culebrera electrocutada en un tendido eléctrico de la provincia de Zaragoza. Las aves más afectadas por este problema son las grandes rapaces como el buitre leonado, el águila real, el milano real o el águila perdicera.
Águila culebrera electrocutada en un tendido eléctrico de la provincia de Zaragoza. 
Carme Ripollés / Heraldo

El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el primer paquete de fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, dotado con 581 millones de euros destinados a financiar proyectos en materia de saneamiento y depuración de aguas en pueblos de menos de 5.000 habitantes, limpieza de residuos y corrección de tendidos eléctricos para evitar daños a la avifauna. Se trata de una propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), que ahora tendrá que ser sometida a la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente (donde están representadas las Comunidades Autónomas) para acordar cómo se van a distribuir estas subvenciones. Del montante global, se destinarán 60 millones a la corrección y eliminación del cableado aéreo para evitar daños a las aves.

La electrocución de la avifauna en estructuras de conducción eléctrica se ha convertido en el principal problema de conservación para muchas de las especies incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. Existen estimaciones conservadoras que se refieren a que cada año mueren electrocutadas o por colisión con tendidos al menos 39.000 ejemplares. Otros cálculos elevan esta cifra a entre 192.000 y 337.000 aves, según un estudio realizado hace dos años por la Fundación Amigos del Águila Imperial.

"España tiene mucha responsabilidad en el cuidado de la avifauna porque acogemos poblaciones importantísimas de especies protegidas, como pueden ser el águila imperial ibérica o el sisón común, dos especies que se han visto afectadas por tendidos inseguros en pleno siglo XXI", señaló la ministra Teresa Ribera, titular del Miteco. El águila perdicera y el búho real son otras de las especies más afectadas.

Ahora el gobierno anuncia el reparto de 60 millones para que las comunidades autónomas financien la adaptación de tendidos eléctricos con el objetivo de evitar las decenas de miles de muertes de aves por culpa de estas infraestructuras. Las muertes se producen sobre todo por electrocución, que tiene lugar cuando el ave se posa sobre un apoyo eléctrico y entra en contacto con elementos en tensión del mismo, bien sean dos conductores, o un conductor y la parte metálica del apoyo. De esta forma, la corriente pasa a través del ave provocando por lo general la muerte instantánea del animal. Por su parte, las colisiones, menos frecuentes, suelen causar fracturas de ala. "La electrocución afecta, sobre todo, a aves de gran envergadura como rapaces o cigüeñas, porque tienen las patas más grandes y es más fácil que se produzca el contacto que acaba ocasionando la electrocución", indica un experto de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife).

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