El PP se crece en el centroderecha con Ciudadanos en descomposición

En Génova esperan nuevas incorporaciones y creen que el no de Casado a Vox allana las llegadas.

Pablo Casado e Inés Arrimadas.
Pablo Casado e Inés Arrimadas.
EFE

El PP de Pablo Casado ha hecho de la necesidad, virtud, y en la Región de Murcia ha dado el pistoletazo de salida a la carrera para reunificar al centroderecha. Para ganarla están dispuestos a todo, tras frenar una moción de censura gracias a tres tránsfugas de Cs y tres ex de Vox.

"En Murcia empieza la reconstrucción del centroderecha", en torno al PP, afirmó Pablo Casado, en Cartagena y repitió un mensaje lanzado en los últimos meses: la reunificación será "por la base".

Por el momento, el PP desangra a Cs mientras se pone como meta la mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid, madre de todas las batallas después de que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, haya decidido competir contra Isabel Díaz Ayuso y los naranjas hayan optado por su portavoz en el Congreso, Edmundo Bal.

La primera reacción de los populares ante la moción de Cs y PSOE en Murcia fue apretar el botón del adelanto electoral en la Puerta del Sol. La segunda, abrir las puertas del partido a todos los descontentos con Cs.

Lo hizo en rueda de prensa el número dos de Casado, Teodoro García Egea, que dos días después dio la vuelta a la moción, atrayendo para el PP a tres diputados de Cs. También han sumado a tres expulsados de Vox y les buscan acomodo.

“Han roto con Vox y aceptan la reunificación, ahora hay que buscarles hueco”, afirman en la dirección. Los defraudados con Cs y Vox han vuelto a casa, celebran.

En Génova 13 no ocultan su satisfacción. Una semana después de la moción, consideran que dos actores pierden, Pedro Sánchez e Inés Arrimadas, y el PP se robustece. El adelanto de Madrid impide el efecto dominó y ha reactivado a sus cuadros.

No sólo no se caen, sino que salen más fuertes. Creen en el PP que el liderazgo “sin sobreactuación” de Casado ha dado sus frutos y en su entorno subrayan que tenía razón cuando apostó por Egea, López Miras, Ayuso o el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.

Con el PP abierto de par en par, ha franqueado la todavía sede de Génova un desencantado de peso, el ex secretario de Organización de los naranjas, Fran Hervías. Tras dejar su puesto como senador de Cs trabaja ya en la secretaría de Organización de Ana Beltrán. El partido de Inés Arrimadas ve en él al responsable de sus fugas.

Un goteo de bajas que va camino de convertirse en riada, hasta el punto de que Cs perderá su grupo en el Senado, tras pasar dos senadores al Mixto. En el Congreso Marta Martín deja el acta y Pablo Cambronero pasa a ser diputado no adscrito.

La implicación de Hervías en estos movimientos ha quedado inmortalizada con la foto de su comida en Madrid con los desertores; la publica El Español.

Los reservados de la capital arden y en el PP también han tentado en público a Toni Cantó, que dejó Cs el lunes, o a Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura de Ayuso.

"El PP demuestra que es el punto de unión de todos los que no quieren que el sanchismo siga gobernando", recalca Casado, que también abre el PP a los socialdemócratas decepcionados.

En Génova esperan nuevas incorporaciones y creen que el no de Casado a Vox, que, aseguran, no ha cambiado, allana las llegadas.

El 4 de mayo es clave para el futuro del PP. El PP aspira a una mayoría absoluta de Ayuso, pero aunque está en cabeza ninguna encuesta prevé este escenario.

Los populares, que apelan al voto útil, necesitarían a Vox, aunque los pronósticos empequeñecen las expectativas de Rocío Monasterio.

En el caso de Ciudadanos hay sondeos que lo dejan sin representación y en otros entra en la Asamblea por la mínima, a falta de conocer el efecto Bal.

En el equipo de Díaz Ayuso son optimistas. La pugna no ha empezado mal porque han "echado" a Iglesias del Gobierno y han cogido despistado al PSOE, pero la mayoría absoluta, admiten, es muy difícil y debe ganarse el voto cada día.

Las perspectivas son buenas y el mensaje de reunificación en el PP “está calando”, apuntan desde Génova. Pero, admiten, el partido no se puede dar por ganado.

Fuera de Murcia y Madrid, la vida sigue y por el momento las costuras de PP y Ciudadanos en Andalucía y en Castilla y León aguantan.

En Andalucía el presidente Juanma Moreno Bonilla (PP) y Juan Marín (Cs) han firmado un pacto de no agresión. Un acuerdo de garantía de estabilidad donde se comprometen a no aceptar ni favorecer trasvases.

El contraste a las puertas abiertas de Génova es evidente, pero desde la dirección de Casado apuntan que respaldan y que incluso han participado en la ceremonia de confirmación de ambos socios.

Prietas las filas también en Castilla y León. En Cs ponen la mano en el fuego para descartar que ningún procurador naranja secundará la moción del PSOE. En esta geografía es el PP el que acusa a los socialistas de buscar tránsfugas.

Y cuando son los populares los señalados por comprar voluntades, los de Casado se defienden asegurando que la traición es de la cúpula de Cs con sus representados.

Mientras, sigue abierto el mercado de primavera. 

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