Por
  • Manuel Mostaza Barrios

Del centro de la cultura de un país

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias presentan el proyecto de Presupuestos antes de ser aprobado en Consejo de Ministros
Presentación del anteproyecto de Presupuestos
EFE

Los partidos que forman la coalición de Gobierno llegan al final del año sufriendo un importante desgaste, algo lógico si consideramos la crisis que ha traído consigo la pandemia generada por el coronavirus. Esta situación haría peligrar sus posibilidades de repetir Gobierno si se celebrasen ahora elecciones generales, ya que la suma de los tres partidos ubicados entre el centro y la derecha se queda muy cerca de la mayoría absoluta. Si lo comparamos con lo que ocurría en primavera, al inicio de la crisis, la fidelidad de los votantes del PSOE y UP es más baja, mientras que la de los votantes de -especialmente- Vox, PP y Ciudadanos ha mejorado desde entonces. No es esta una cuestión menor: en la contienda electoral, uno de los primeros objetivos de los partidos es que los tuyos te voten y no se queden en casa. Unidas Podemos pierde una parte de sus votantes, que se van (o vuelven) al PSOE, pero esta llegada no compensa la cifra de los votantes socialistas ubicados más hacia el centro, que no están conformes con la política de alianzas del presidente Sánchez. Pero la encuesta que publica este periódico nos aporta pistas de por qué se produce esta desafección de una parte del electorado del centro. Y es que, si los españoles son muy críticos con los apoyos parlamentarios por los que ha optado el Gobierno para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado, esta disconformidad se acrecienta en especial entre los votantes ubicados en el centro hasta llegar a los dos tercios. Son precisamente estos votantes los que peor valoran la figura del presidente, que queda para ellos en último lugar cuando se les pregunta por el mejor presidente de nuestra democracia, por detrás incluso del olvidado Leopoldo Calvo Sotelo. Y dos notas impositivas para finalizar, y para recordar que la agenda de los políticos no coincide siempre con la opinión de los ciudadanos y quizá por eso lo que no preguntan los institutos públicos de investigación es casi tan importante como lo que preguntan -y cómo lo preguntan, claro-. No es solo que el conjunto de los españoles rechace la existencia del impuesto de sucesiones; es que este rechazo es también generalizado entre los votantes del PSOE y los de Unidas Podemos. Y qué decir de la uniformidad fiscal: son muy pocos los españoles que desean que las regiones puedan fijar tipos diferentes en impuestos como el IRPF, patrimonio o sucesiones. Cuarenta años de autonomía y los ciudadanos anhelan todavía el centralismo impositivo. Peter Drucker decía, con relación a las empresas, que en ellas «la cultura se desayuna cada mañana la estrategia». Pues se ve que algo así pasa también con las naciones.

Manuel Mostaza Barrios, Politólogo y director de Asuntos Públicos de Atrevia.

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