Por
  • Esperanza Pamplona

Un triste honor

Operativo establecido en Albalate de Cinca para el traslado de los temporeros contagiados del asentamiento ilegal al polideportivo.
Operativo establecido en Albalate de Cinca para el traslado de los temporeros contagiados este verano
Rafael Gobantes

Un estudio preliminar de la Universidad de Basilea apunta que la cepa que ha contagiado a toda España y prácticamente a toda Europa se gestó en junio en Aragón, en las localidades de Alcañiz y Caspe. Después llegó a Cataluña y se fue extendiendo hasta convertirse en la dominante de esta segunda ola que nos engulle.

Es un triste honor el que le toca a Aragón en este caso. La falta de medidas eficaces en la gestión del brote que protagonizaron los temporeros este verano nos ha llevado a donde estamos. Eso es lo que apunta el estudio. No es que se trate de una cepa peor, ni más agresiva ni más contagiosa que las otras. Pero sí es la que ha encontrado más facilidad para extenderse. Los factores son varios: el verano, el turismo, la inexistencia de limitaciones para viajar, los tropezones con la Justicia y, de base, el nulo control de los brotes que se produjeron.

El informe ha de ser contrastado por otros científicos, pero las líneas fundamentales parecen claras. Y si lo hecho o lo no hecho ya no tiene remedio, debería hacernos aprender para lo que vivimos y lo que ha de venir. Templar gaitas puede tener rédito político a corto plazo, pero las facturas a la larga son insoportables. Tanto las sanitarias como las económicas.

El caos en la gestión de la pandemia, tanto a nivel nacional como autonómico roza el esperpento. Hace falta un manual de instrucciones para el día a día, y la falta de coherencia de quienes dictan las normas con los datos y la realidad resulta ofensiva e insultante para el ciudadano.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión