La Reina cede el protagonismo a la nueva generación

Doña Letizia escenifica su ruptura con Felipe Varela y rescata un 'Del Pozo' para un acto sobrio en el que brillaron Leonor y Sofía.

Se veía venir. Tarde o temprano tenía que suceder. Y ocurrió. En la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias más especial, la que nadie quiere que se repita, en un salón del hotel de la Reconquista, ante solo una decena de personas, doña Letizia escenificó su ruptura con Felipe Varela. Hacía tiempo que la Reina no confiaba -o dejó de confiar- en la aguja de quien le acompañó desde que se anunciara, en noviembre de 2003, su compromiso con don Felipe. Pero siempre, siempre, hasta la fecha, le había sido fiel en su cita con su tierra natal. Hasta este viernes. Y eso que Varela, guste o no, ha sido y es quien mejor le tiene tomada la medida. Para recuerdo, la obra de arte que construyó para la Reina en la ceremonia del teatro Campoamor de Oviedo de hace dos años, el último en el que ella tenía el protagonismo absoluto.

En esta ocasión, doña Letizia, quizás para no tener que dar más explicaciones, rescató de su vestidor un 'Del Pozo' que tan buenas críticas le deparó en el pasado. Color azul noche, impactante, con hombros al aire que ya ha usado en otras ocasiones, por ejemplo en su viaje hace un par de años a París para su encuentro con los Macron, la Reina no brilló como en otras ocasiones. Quizás para que lo hicieran sus hijas. Y lo hicieron, y no solo en el sentido figurado.

La princesa Leonor y la infanta Sofía se van haciendo mayores. De eso no hay duda. La heredera de la Corona, que este viernes pronunció su segundo discurso en esta ceremonia de los premios que llevan su nombre, sorprendió con su dos piezas en color champagne, con cuerpo de lentejuelas, y su zapato de tacón elevado. Hasta ahora solo se la había visto con bailarinas. Por su parte, la infanta Sofía eligió un vestido verde de falda de tul muy de 'quinceañera' con el que sobresalió en la ceremonia. A diferencia de su hermana mayor, que no arriesgó en el peinado, la pequeña de la familia lució una trenza ladeada.

Junto a los Reyes, Leonor y Sofía, en el patio del hotel de la Reconquista, fiel a la cita, la reina Sofía, con un traje de chaqueta ya visto en tonos negro y gris. Y se intuye que sonriente bajo la mascarilla, porque ha dicho, y no en pocas ocasiones, que este es uno de sus actos marcados en mayúscula en el calendario.

Repitieron cita las presidentas del Congreso y el Senado. También la vicepresidenta Carmen Calvo. Y si hubiera que dar el premio a la mejor vestida se lo hubiera llevado Meritxell Batet, con un vestido amarillo que daba un toque de color quizás necesario en esta ceremonia demasiado gris a causa del coronavirus.

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