Aragonès, el 'heredero' de Junqueras que sustituye a Torra en el peor momento

Confirmada la inhabilitación de Quim Torra, quien pasará a asumir el grueso de las funciones vacantes es el número dos del Govern, el hombre con más papeletas para tomar el relevo de Oriol Junqueras como candidato de ERC a la Generalitat en las próximas elecciones. 

Pere Aragonès, durante su intervención en el congreso nacional de ERC.
Pere Aragonès, durante su intervención en el congreso nacional de ERC.
Alberto Estévez/EFE

Confirmada la inhabilitación del presidente catalán, Quim Torra, quien pasará a asumir el grueso de las funciones vacantes es el número dos del Govern, Pere Aragonès, el nombre con más papeletas para tomar el relevo de Oriol Junqueras como candidato de ERC a la Generalitat en las próximas elecciones.

Nacido en Pineda de Mar (Barcelona) el 16 de noviembre de 1982, Aragonès tendrá que ejercer en los próximos meses como "presidente sustituto interino en funciones", un rol inédito en la historia de la democracia en Cataluña, forzado por las circunstancias y en el peor momento imaginable: en plena pandemia de la covid-19, sin poder aprobar unos nuevos presupuestos y en medio de una agria e interminable pugna entre los dos socios del Govern, JxCat y ERC.

Pese a su relativa juventud (37 años), Aragonès lleva ya casi dos décadas en la escena política catalana, desde que en diciembre de 2003, en vísperas de constituirse el primer gobierno tripartito, fue elegido portavoz nacional de las juventudes de ERC (JERC).

Al frente de las JERC, Aragonès protagonizó una polémica campaña en la que los jóvenes del partido distribuyeron carteles con el lema "Cada segundo España nos roba 450 euros. Basta de expolio fiscal" y defendió el 'no' en el referéndum del Estatut en 2006, alegando que había que "decir 'no' a las miserias que nos dan desde España".

El "España nos roba" que sostenía Aragonès se ha ido transformando en los últimos años en un perfil político pragmático, hasta el punto de suscitar recelos entre los sectores del partido más izquierdistas y los más partidarios de la vía unilateral a la independencia.

Como vicepresidente y 'conseller' de Economía y Hacienda en el Govern presidido por Quim Torra desde 2018, Aragonès se ha forjado un perfil de gestión, poco proclive a entrar en cruces de reproches con JxCat, aunque sus detractores le achacan falta de carisma.

Cuando entre las bases empezaba a generarse un debate soterrado sobre cuál sería el mejor perfil para encabezar la lista de ERC para las elecciones en Cataluña -sonaron los nombres del presidente del Parlament, Roger Torrent, e incluso del exportavoz de Esquerra en el Congreso Joan Tardà-, Junqueras frenó en seco las quinielas al ungir -oficiosamente, en una entrevista- a Aragonès como su sucesor.

Falta concretar cuál será el diseño final de la candidatura que presentará ERC, ya que la secretaria general del partido, Marta Rovira, huida a Ginebra, podría encabezarla simbólicamente o hacer tándem con Aragonès, una combinación que podría competir con otra apuesta simbólica, una lista de JxCat con Carles Puigdemont en el número uno o dos, junto al candidato efectivo de su formación.

Aragonès fue fiel colaborador de Junqueras en la legislatura del referéndum unilateral del 1-O, como secretario de Economía en la 'conselleria' que lideraba Junqueras, un cargo que mantuvo durante los meses en los que se aplicó el artículo 155 de la Constitución, en cuya implantación "participó activamente", sin poner trabas, asegura en sus memorias el exdelegado del Gobierno en Cataluña Enric Millo.

En esta última legislatura, Aragonès se ha consolidado como hombre fuerte de ERC en el Govern -su principal logro: la aprobación de los presupuestos para 2020, los primeros en tres años-, en complicada convivencia con Torra, a quien ahora deberá sustituir desde hoy mismo una vez notificada la sentencia condenatoria al hasta ahora president.

La ley de la Presidencia de la Generalitat establece que debe ser el conseller en cap -no lo hay- o el vicepresidente del Govern, en este caso Aragonès, quien asuma las funciones que deja vacantes el president, salvo tres atribuciones: plantear una cuestión de confianza, nombrar o destituir consellers y convocar elecciones.

Por delante tiene el reto de intentar controlar la pandemia en los meses de otoño-invierno, al frente de un Govern en funciones que no podrá aprobar los presupuestos para 2021 y que seguirá condicionado por la batalla entre JxCat y ERC por una hegemonía independentista que volverá a estar en juego en las próximas elecciones.

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