JUSTICIA

El Rey preside la apertura del año judicial marcado por el bloqueo del CGPJ

Lesmes tendrá una ocasión de oro para amonestar a los líderes de PSOE y PP por el fracaso de la negociación.

-Lesmes tendrá una ocasión de oro para amonestar a los líderes de PSOE y PP por el fracaso de la negociación
El presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, preside el pleno de este jueves.
El presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, preside un pleno.
Mariscal/EFE

El Rey preside este lunes la apertura del año judicial en el Tribunal Supremo marcada por las restricciones generadas por la pandemia y, sobre todo, por el fracaso de la negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que lleva en funciones desde diciembre de 2018. La falta de acuerdo entre PSOE y PP para nombrar a los nuevos consejeros del órgano de gobierno de los jueces pesará como una losa a los responsables de uno y otro partido que acudan al acto.

El tacticismo político y la instrumentalización de la negociación están generando una grave crisis institucional en el CGPJ. El órgano presidido por Carlos Lesmes ha decidido seguir con los nombramientos de altos cargos judiciales pese a las acusaciones de falta de legitimidad por parte de algunas asociaciones de jueces y fiscales, dada su larga situación de interinidad.

El propio Lesmes tendrá este lunes la ocasión de recordar a los políticos su responsabilidad en la renovación. Lo hará en su discurso ante el Rey y la cúpula judicial. Antes intervendrá la fiscal general del Estado Dolores Delgado, criticada el pasado viernes por el exministro Rodolfo Martín Villa por permitir su interrogatorio en la causa argentina de los crímenes del franquismo.

Delgado, además, ha recibido la reprimenda de una asociación de fiscales por no anunciar públicamente su abstención en las querellas presentadas contra el Gobierno por la gestión de la crisis sanitaria.

Precisamente, la pandemia ha modificado el acto solemne que rige la apertura del año judicial. Al protocolo habitual se sumará el sanitario. A la llegada se tomará la temperatura a todos los asistentes, quienes, además, estarán obligados a entregar un formulario en el que se declara no presentar síntomas y es obligatorio llevar mascarilla.

Ya en el interior se reducirá el aforo del Salón de Plenos al 30% y no se celebrará el cóctel al finalizar la ceremonia, por lo que tampoco habrá los tradicionales 'corrillos'. Una ocasión perdida para conocer la opinión de Felipe VI sobre la investigación de los fiscales del Supremo a su padre.

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