Vox insinúa que Abascal no será el candidato de la moción de censura

La formación sigue el ejemplo de Podemos y busca retratar al PP, que se ratifica en su negativa a apoyar una iniciativa que beneficia a Sánchez.

Santiago Abascal junto a Iván Espinosa de los Monteros
Santiago Abascal junto a Iván Espinosa de los Monteros
Efe

Santiago Abascal volverá de vacaciones deseoso de marcar el paso de la legislatura si la pandemia lo permite. El líder de Vox tiene cinco semanas por delante para apuntalar la moción de censura para derribar al Gobierno de Pedro Sánchez pero con la que, en realidad, busca dejar en evidencia al PP. Un órdago en toda regla a Pablo Casado, del que el jefe de la oposición no quiere ni oír hablar. "Somos un partido que quiere ganar a la izquierda en las urnas. Todo lo demás será a favor de los que nos están malgobernando", aseveró este jueves el dirigente conservador.

Con el único respaldo de sus 52 diputados, la iniciativa de Abascal está abocada al fracaso pero aun así el líder de la tercera formación en el Congreso jugará sus cartas para intentar remontar las encuestas y recuperar el terreno perdido -tanto el CIS como el último sondeo de GAD3 le dan una caída de casi veinte escaños-. Como avanzó desde la tribuna de la Cámara baja el pasado miércoles, tendrá su "despacho abierto en agosto" para articular una mayoría con la prospere su moción de censura. Y si ello implica no ser el candidato que la encabece, el líder de Vox está dispuesto a ceder ese honor. "Ninguno de nosotros tiene interés en liderarla. Todo está abierto", reveló la diputada de la formación Macarena Olona.

El propio Abascal ya aseguró que con la iniciativa no buscaba "protagonismo" ni "personalismos", sino que su único objetivo es "salvar España" del Gobierno "ilegítimo" del PSOE y Unidas Podemos. "No tiene por qué ser Abascal y tampoco no ser", puntualizó poco después el portavoz en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros. Los requisitos que ponen desde Vox para ser candidato son "sentido común" y capacidad para sacar al país del "atolladero" en el que se encuentra inmerso.

Espinosa de los Monteros insistió, además, en hacer un llamamiento a los populares para buscar un acuerdo que logre sumar votos e, incluso, apuntó a los parlamentarios socialistas. "Queremos diálogo con todos los diputados -señaló-, del PP o del PSOE, que sé que a algunos les gustaría mucho acabar con este desastre de Pedro Sánchez". Pero por más que Vox lance el anzuelo, lo populares no pican. "No vamos a participar en maniobras de distracción que al final van a reforzar al PSOE y a Sánchez", remarcó el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos.

El espejo de Podemos

En el PP entienden que "mal deben andar" las cosas en Vox para recurrir a una moción estéril y niegan sentirse emplazados por Abascal al recordar que, por ejemplo, los socialistas no respaldaron la moción de Pablo Iglesias contra Mariano Rajoy en junio de 2017, a la que el líder de Podemos quería arrastrar al PSOE. "Las circunstancias no están para el tacticismo político", advirtió la vicesecretaria de Política Social, Cuca Gamarra.

A nadie se le escapa la similitud del gesto efectista de Abascal con el que tuvo Iglesias hace tres años. Entonces el líder de los morados perseguía poner en un aprieto a un PSOE recién salido de una guerra interna. El líder de Vox, del mismo modo, busca apretar a Casado. "Fagocitarle", como apuntaron el propio Sánchez y el portavoz parlamentario de Esquerra, Gabriel Rufián.

Abascal y su círculo confían en sacar rédito a la coyuntura complicada que atraviesan los populares, con Ciudadanos -su socio en gobiernos autonómicos y municipales- negociando un día sí y otro también con los socialistas, y con la victoria en las urnas de Galicia del estilo centrista y moderado de Alberto Núñez Feijó frente al de «crispación» que encarna Casado, según critican algunos sectores internos.

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