Feijóo tranquiliza a Casado al descartar su salto inmediato a Madrid 

Su victoria reabre el debate sobre el rumbo a seguir en el PP mientras la dirección insiste en que no hay diferencias entre ambos proyectos.

Pablo Casado en un homenaje a Miguel Ángel Blanco, el concejal de Ermua asesinado por ETA
Pablo Casado en un homenaje a Miguel Ángel Blanco, el concejal de Ermua asesinado por ETA
Efe

Un día después de la incontestable victoria en las urnas de Alberto Núñez Feijóo se multiplican las voces en el PP que pronostican un futuro salto del gallego a Madrid. El barón más influyente del partido dejó pasar el tren hace dos años, cuando se abrió la carrera por la sucesión de Mariano Rajoy pese a que la mayoría de los dirigentes le veían como su recambio natural. Aun hoy, hay quien cree dentro del PP que el relevo es posible y que Feijóo aguarda el momento oportuno. Pero hoy por hoy, su intención es quedarse en su tierra para completar la legislatura, que, además, será, según ha dicho, la última. "Me vuelvo a comprometer a cumplir y honrar mi palabra de servir a Galicia", aseguró este lunes en Santiago ante la junta directiva de su partido.

Feijóo rememoró la decisión "complicada" y que en muchos lugares «no fue compartida ni entendida» de no optar a presidir el PP nacional. Una elección de la que no se arrepiente y de la que este domingo recogió sus frutos al revalidar su cuarta mayoría absoluta consecutiva alcanzando la marca de Manuel Fraga. "Hoy me doy cuenta -reconoció- de que aquella decisión fue la correcta".

Unas palabras con las que el barón gallego alejó la posibilidad inmediata de dar un salto a la política nacional para tranquilidad de Pablo Casado, sobre el que planea constantemente la figura de Núñez Feijóo desde que asumió hace dos años las riendas de la formación. Lo que no podrá aparcar el líder de los populares es el debate que han abierto las urnas sobre el rumbo que debe seguir el PP, y que estará sobre la mesa en la reunión de mañana del comité ejecutivo que analizará los resultados.

La escora hacia la derecha impuesta por Casado le ha llevado a perder cinco elecciones -dos generales, unas municipales, unas autonómicas y unas europeas-. En cambio, el presidente de la Xunta siempre apostó por el centro, con un discurso moderado, muy alejado del manejado por el líder nacional. Con esa línea política se consolidó como el voto útil de todo el centro derecha, con una campaña en la que las siglas del PP quedaron escondidas.

Apuesta por mirar al centro

El ala más centrista del partido, y varios barones territoriales, creen que la victoria de Feijóo demuestra que el PP es fuerte allí donde mantiene un discurso moderado y un perfil propio. Esa, mantienen, es la senda que debe seguir Casado a partir de ahora. Hace poco más de un año, tras el batacazo en las generales de abril, donde el partido pasó de 137 a 66 escaños, los barones afearon a Casado haber diseñado una campaña centrada en evitar la fuga de votos de Vox, descuidando el centro político.

Ahora, tras las gallegas y vascas, vuelven esos mismos mensajes. El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, celebró que en Galicia haya ganado "la centralidad". El presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno, subrayó el "equilibrio y moderación" como los motivos que han aupado a Núñez Feijóo a su cuarta mayoría absoluta. "Su experiencia, equilibrio y moderación -escribió en Twitter- son el mejor aliado para afrontar con seguridad un futuro exigente".

Pero en la dirección nacional no se dan por aludidos y celebran como propia la victoria de Galicia mientras callan sobre el revés en el País Vasco. "El tándem Casado-Feijóo se ha impuesto al de Sánchez-Iglesias", señaló el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, que aseguró que no hay diferencias entre el proyecto del presidente de la Xunta y su estrategia de oposición. Es más, afirmó, el modelo de Galicia es el que quieren "implantar" a nivel nacional.

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