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Andalucía pide a los ciudadanos que no dejen de usar mascarilla con el calor: "Hay que evitar rebrotes"

El consejero andaluz de Salud y Familia ha instado a seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias en cuanto a la distancia social, lavado de manos y, sobre todo, en relación con el uso de mascarillas, que "no protegen" colocándolas en el codo o en el mentón, sino correctamente sobre la cara tapando noca y nariz.

El consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, ha hecho este miércoles un llamamiento a los ciudadanos para que sigan usando las mascarillas, aunque haya altas temperatur...
Se recomienda colocar una homologada bajo la mascarilla estética
Se recomienda colocar una homologada bajo la mascarilla estética

El consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, ha hecho este miércoles un llamamiento a los ciudadanos para que sigan usando las mascarillas, aunque haya altas temperaturas y resulten incómodas, porque está demostrando que evitan la propagación del coronavirus y hay que evitar que puedan aparecer rebrotes, como ya está ocurriendo en algunos países.

En rueda de prensa tras la reunión del gabinete de crisis de la Junta, Aguirre ha insistido en que, pese a los datos positivos sobre la incidencia del coronavirus en Andalucía, hay que seguir manteniendo la máxima prudencia porque el virus sigue entre nosotros y ya se han detectado rebrotes en lugares como China o Corea del Sur, pero no hay que irse tan lejos, porque también han surgido en el país vecino de Portugal.

Ha pedido a los ciudadanos que sigan las recomendaciones de las autoridades sanitarias en cuanto a la distancia social, al lavado constante de manos y, sobre todo, en relación con el uso de mascarillas, que "no protegen" colocándolas en el codo o en el mentón, sino correctamente sobre la cara tapando noca y nariz.

El consejero se ha referido así al hecho de que por las calles se vea a algunos ciudadanos que llevan las mascarillas colocadas en las muñecas o en el codo. Las mascarillas, según ha recalcado, sólo hacen efecto colocándolas en la cara correctamente y ha recordado que su uso es obligatorio, sobre todo, cuando no se puede mantener la distancia de seguridad.

Preguntado sobre si las altas temperaturas pueden ayudar a frenar la propagación del virus, el consejero ha explicado que eso no está demostrado y que, en consecuencia, la llegada del calor no puede ser motivo para relajarnos. De hecho, se ha referido a los importantes niveles de casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes en países como Qatar o Emiratos Árabes Unidos, donde tienen unas altísimas temperaturas.

No obstante, ha señalado que sí parece que puede ser una variable el tema la concentración de personas en un mismo sitio. "La concentración aumenta la probabilidad de tener un rebrote", según ha indicado el consejero, quien ha insistido en demandar a la población que se mantenga la distancia de seguridad y el uso de mascarillas.

De otro lado, el consejero ha dado cuenta de la activación, desde el 1 de junio y hasta el próximo 15 de septiembre, del Plan Andaluz de Prevención de los Efectos de las Temperaturas Excesivas sobre la Salud, dirigido especialmente a la población más vulnerable, como son los mayores de 65 años, pacientes crónicos, personas con trastorno mental grave, menores de 4 años (especialmente lactantes) y personas que trabajan o realizan actividad física expuestas al sol.

En el caso de los mayores, se prestará una especial atención tanto a los que viven en sus domicilios como a las residencias de ancianos, según ha dicho.

El objetivo principal de dicho plan es reducir el impacto sobre la salud de la población de las temperaturas extremas propias del periodo estival. Para ello se establece un sistema de coordinación e intercambio de información entre las administraciones implicadas (central, autonómica y local), centrando esfuerzos preventivos en poblaciones con riesgo de morbilidad y mortalidad y estableciendo un seguimiento personalizado con los recursos ya existentes.

Las personas identificadas como población de riesgo son, en su mayoría, mayores de 65 años, pacientes frágiles que viven solos, cuyo estado de salud está debilitado por padecer alguna patología crónica de alta morbilidad (insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, demencia, trastorno mental grave, insuficiencia renal, obesidad excesiva, hipertensión arterial o diabetes mellitus) o que tomen un medicamento que pueda influir en la adaptación del organismo al calor (psicotropos, antidepresivos, hipotensores y diuréticos). También se incluyen personas con trastorno mental grave y niños menores de 4 años, especialmente lactantes.

De igual manera, se considera que debe prestarse especial atención a los ámbitos domiciliarios de personas mayores, a residencias de ancianos y a las áreas con alta marginalidad. Para ello se cuenta con los distintos programas puestos en marcha en estos ámbitos por los distintos organismos competentes que participan en el plan, según ha expuesto Aguirre.

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