El atasco que viene en sanidad

Una operación programada o una prueba diagnóstica se podría demorar ahora hasta 200 días de #media, el doble que antes #del estado de alarma.

Madrid, 26 may. (COLPISA, Doménico Chiappe)
Fachada del hospital Miguel Servet de Zaragoza.
Fachada del hospital Miguel Servet de Zaragoza.
José Miguel Marco

Las áreas del sistema sanitario que cedieron tiempo y recursos para controlar la pandemia retoman sus consultas habituales, y el personal busca llegar a un ritmo anterior al estado de alarma. Pero el periodo de emergencia ha dejado huella. Consultas, pruebas diagnósticas y cirugías han sido pospuestas, a pesar del esfuerzo de los facultativos por mantener al día la atención de sus pacientes. «Para los que atendemos a enfermos crónicos este periodo de confinamiento ha supuesto un problema importante», sostiene Francisco Tinahones, presidente de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo). "Por miedo, muchos dejaron de ir a los hospitales aunque tuvieran una reagudización de su problema, y aunque mantuviéramos el contacto con el paciente por medios telemáticos, en muchos casos no tenían las pruebas necesarias para el diagnóstico y muchos de los actos clínicos eran incompletos".

Han sido días en que la parálisis afectó desde las analíticas hasta las operaciones programadas y la atención de los médicos de cabecera fue más virtual que presencial. "Hemos dejado de atender a la población en lo que no era urgente", asegura Antonio Cabrera, secretario general de la Federación de Sanidad de Comisiones Obreras (CCOO). «Tendrá un impacto en las listas de espera, en las consultas, en las pruebas diagnósticas».

Según el sindicato, los días en lista de espera se duplicarán, aunque no será igual en todas las comunidades. Si la media ya bordeaba los 100 días, "pensamos que ahora superará los 200 días", dice Cabrera. "Tres meses de parón significa casi doblar también la espera para las pruebas diagnósticas y el día a día, que estaba en 72 horas de espera. Será peor donde ha habido más coronavirus, pero el impacto no está medido ni hay datos concretos". Estos días de normalización el objetivo sigue siendo evitar consultas presenciales y potenciar las telemáticas, dice la Consejería de Sanidad de Madrid, una de las regiones más golpeadas por la crisis del coronavirus.

Después de una valoración individual de cada hospital se puede reasignar una cita para acudir al centro de salud, prestar el servicio de forma no presencial o derivarlo al médico de cabecera. "Hemos priorizado la telemedicina, compaginando las consultas con las llamadas, concertando visitas a domicilio para mejor diagnóstico, pero no hay una plataforma que cumpla los requisitos legales para intercambiar información, como imágenes clínicas o fotografías que se hacen los propios pacientes", advierte Inmaculada Cervera, coordinadora del Grupo de Trabajo de Gestión Clínica de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). No obstante, "los que tienen patologías crónicas han tenido un control aceptable, gracias al buen hacer previo".

En algunas especialidades esa forma telemática ha alcanzado hasta el 80% de las consultas y ha ayudado a que la parálisis no se extienda a todos los servicios. Pero se esperan cuellos de botella en algunos procedimientos. "Ahora que ha descendido la presión, retomamos el tema de los análisis, electros y vacunas pendientes", asegura Cervera. "El atasco se va a ver en los hospitales. Se han paralizado quirófanos y consultas externas, que se han pospuesto y podría provocar un retraso muy importante. En vez de un atraso de dos meses, serán seis". Mientras que la realización de las analíticas de los crónicos, opina Cervera, podrían retrasarse un par de meses. "Si se les hacía cada seis meses, ahora será cada siete u ocho, pero como han estado bien controlados antes del coronavirus contamos con un pequeño colchón, que hace que tener que posponerlos dos meses no tenga relevancia clínica".

Inhibe o somatiza

Las personas con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, enfermedades coronarias o Epoc (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) son las más necesitadas de un calendario rígido para sus consultas. Los pacientes, en general, han presentado dos extremos, fuera del ámbito del coronavirus. Por una parte están los que se han inhibido, y se han alejado de los ambulatorios y hospitales por miedo. Entre ellos hay pacientes con enfermedades agudas y podrían generar un "pequeño repunte", define Cervera, quien tiene consulta en el hospital La Fe, en Valencia. Al otro lado están los pacientes que somatizan y no han dejado de llamar a las consultas. Son "hiperfrecuentadores" y han asimilado el método telemático.

La reprogramación de exploraciones y las visitas médicas se juntarán con las derivaciones que hagan los médicos de cabecera, una vez se reanuden todos los servicios. "Parece lógico pensar que asistiremos a una acumulación que puede saturar y sobrepasar durante meses las capacidades previas a la pandemia", reflexiona Antonio Pérez, presidente de la Sociedad Española de Diabetes (SED). "El umbral más alto para la atención de urgencia, junto al aplazamiento de la atención, puede favorecer descompensaciones, y dar como resultado una mayor incidencia y gravedad de las visitas en esta segunda fase".

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