Sanidad veta los planes de algunas autonomías de desescalar por su cuenta

El Ministerio avisa de que solo el Ejecutivo central "dirigirá el proceso a la transición a la nueva normalidad".

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la rueda de prensa de este viernes.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la rueda de prensa de este viernes.
EFE

La desescalada será un proceso asimétrico, pero no por autonomías, y los gobiernos regionales no podrán diseñar nada por libre. La Moncloa llevará exclusivamente el mando y lo hará con muchas menos prisas de lo que pretenden varias comunidades. Unos parámetros objetivos ("marcadores") medirán la capacidad de cada "territorio" para responder ante un posible nuevo brote y esos serán los que marquen cómo y hasta dónde se llegará con el desconfinamiento.

El Gobierno enfrió este viernes las optimistas expectativas de muchos gobiernos autonómicos que ya habían planteado públicamente -y sin consultar nada al Ejecutivo central- planes de alivio del confinamiento para sus poblaciones en las próximas semanas, que van mucho más allá de la aprobada salida de los niños a partir del domingo. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, fue claro: "El Gobierno dirigirá el proceso a la transición a la nueva normalidad". Solo el Gobierno.

Ese -explicaron fuentes de su departamento- fue también el mensaje rotundo que el Ejecutivo de Pedro Sánchez trasladó en el Consejo Interterritorial de Salud de este vieenes por la tarde con todas las consejerías y en el que el Ejecutivo central también dejó claro que, "de momento" y a corto plazo, no está "previsto" autorizar nuevas medidas de desescalada de manera inmediata, como las que pretende, por ejemplo, Canarias, que este mismo lunes aspiraba a dejar salir a la calle a la mitad de su población.

Otras comunidades, como el País Vasco, Andalucía, Cataluña o Valencia, ya han presentado planes concretos para las próximas semanas a fin de rebajar el confinamiento. Unas ‘hojas de ruta’ de las que Illa y la vicepresidenta cuarta Teresa Ribera se limitaron a "tomar nota" sin validarlas en ningún momento, aunque aclararon que el actual estado de alerta sí que facultaría al Gobierno a suavizar el confinamiento.

"Las comunidades autónomas van a tener un papel muy importante pero va a ser el Gobierno el que va a dirigir el proceso", insistió el titular de Sanidad, tanto en la Moncloa como ante los representantes autonómicos, haciendo hincapié en que los anuncios de los diferentes comunidades no son más que propuestas, pero que Sanidad exclusivamente será la que tenga la última palabra.

Es más, la Moncloa no tiene idea alguna de delegar, ni siquiera parcialmente, a las comunidades el poder de decidir sobre la movilidad de sus ciudadanos en las próximas semanas porque "el virus no entiende de fronteras autonómicas", en palabras de un alto responsable del Gobierno central del equipo presente en la reunión multilateral.

Asimétrica

Illa reiteró, tanto en rueda de prensa como a los consejeros, que la Administración central sí que contempla una desescalada asimétrica según la evolución de la pandemia, pero que estas medidas de alivio no tienen por qué ser tomadas con la comunidad autónoma como área de referencia. Será por territorios. De hecho, los técnicos estudian medidas de alivio futuras, aun no concretadas, por provincias, islas, regiones o simples municipios. En algunos casos, incluso, se estudia la posibilidad de aplicar medidas en comarcas que pertenecen a dos comunidades autónomas.

Así las cosas, el mensaje de este viernes a las consejerías fue que los gobiernos autonómicos deben pisar el freno porque todavía no es el momento de hablar sobre cómo será la desescalada, sino el de "empezar a discutir" sobre qué "criterios" se van a tener en cuenta para decidir cómo se van a ir rebajando ciertas medidas de confinamiento en ciertas zonas. La propuesta de trabajo de Sanidad, que insistió durante toda la jornada del viernes en no entrar a valorar los planes de las autonomías presentados en comparecencias y también en el Consejo Interterritorial, pasa por establecer una serie de "marcadores" para valorar en cada zona cuál es el "nivel de capacidades asistenciales", la calidad de la "vigilancia epidemiológica", la existencia o no de «mecanismos de identificación precoz» de casos y los "elementos de protección colectiva".

Técnicamente, Sanidad tiene idea de exigir para la desescalada cuatro condiciones: una tasa de contagio por debajo de 1 al menos dos semanas, ocupación menor del 50% de las camas de uci por parte de enfermos de Covid-19, una tasa de hospitalización de coronavirus menor del 30% y tasa de incidencia acumulada menor del 2% por cada 100.000 habitantes.

Además, para poder empezar la desescalada, los servicios sanitarios de la zona tendrán que tener la capacidad de realizar PCR de todos los pacientes sintomáticos, haciéndose esas pruebas en casos leves en su domicilio o en puntos de diagnóstico con cita previa.

Clasificación

Según revelaron este viernes responsables del Ejecutivo, la idea de los técnicos es establecer una suerte de escalones con diferentes privilegios de movilidad a los que irán accediendo los diferentes "territorios" (no comunidades), según comprueben los expertos el grado de cumplimiento de esos "marcadores", de manera que, aunque la desescalada sea asimétrica, sí que habrá cierta homogeneidad entre las medidas de alivio del confinamiento.

Lo que no es de "recibo", explican desde Sanidad, es que algunas comunidades, como por ejemplo ha hecho Canarias, establezca horarios de salida para los niños que chocan con las normas que ya ha dado el Ejecutivo central. "No puede haber tantas formas de desescalada como diseños elijan las comunidades", adelantaron los asesores sanitarios de la Moncloa.

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