Cruce de datos fiscales y ayudas autonómicas, trabas para activar la renta mínima

La ayuda incluirá itinerarios tanto laborales como sociales para los diferentes perceptores.

José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones
José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones
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Dos son las cuestiones que más preocupan al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, a la hora de poner en marcha lo que califica un mecanismo tan "complejo" como el de la renta vital. Sobre todo para evitar que los ciudadanos a los que no les corresponda esta ayuda puedan acabar beneficiándose de la misma aprovechando una mala definición de la misma.

Para evitar esa situación, Seguridad Social está cruzando los datos con la Agencia Tributaria para definir quiénes pueden ser los posibles beneficiarios, sus ingresos anuales y la situación financiera por la que atraviesan, para realizar también cálculos sobre el impacto económico de la ayuda. "Hasta ahora solo sabemos quiénes son beneficiarios a través de encuestas", indicó este jueves Escrivá, quien constata que a través de Hacienda todos los datos son reales y fiables, sin el margen de error que tiene un cuestionario.

En cualquier caso, las estimaciones de ese departamento anticipan que el ingreso mínimo vital beneficiará a un millón de hogares, o lo que es lo mismo, unos tres millones de ciudadanos. La idea es designarla a cada familia en vez de individualmente. Además, la mitad de esos hogares tienen hijos y en un 10% de los casos son familias monoparentales.

Aunque no ha querido indicar el coste económico, Escrivá asume que aumentará aún más la deuda pública, como el resto de gasto público que se ha puesto en marcha con la crisis. Fuentes gubernamentales anticipan un desembolso anual de hasta 6.000 millones de euros, uno de los motivos por el que la tramitación está siendo «muy escrupulosa», admiten esas fuentes.

La otra cuestión que está negociando Seguridad Social es la referida a las rentas mínimas que ya existen en varias comunidades autónomas, y que tienen a las versiones del País Vasco o Navarra como referentes. "Será complementaria", ha señalado Escrivá. Aunque existen muchos matices a la hora de ponerla en práctica. El importe, las condiciones de acceso y el grado de solapamiento con las ayudas de las comunidades es una importante traba en la que el Gobierno vasco, a través del PNV, también está influyendo en la gestión de la ayuda estatal.

Entre los requisitos que Seguridad Social está trabajando para aplicarla todo parece indicar que la renta mínima también podrá ser compatible con el trabajo, otra de las grandes novedades del sistema, aunque habrá que ver hasta qué punto se restringe esa posibilidad.

Además, Escrivá insistió este jueves en que trabaja en implantar toda una serie de "itinerarios laborales y sociales" que condicionen la percepción de la ayuda económica. En el primer caso, para facilitar que sus beneficiarios, en muchos casos parados de larga duración, puedan regresar al mercado laboral así como formarse. Además, la renta mínima atenderá a la situación social compleja -por ejemplo, drogodependientes- por la que atraviesen otros colectivos que la reciban, más allá de volver a trabajar, para favorecer alguna solución a esa realidad a través de distintos tipos de iniciativas. 

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