Menos aplausos y más empatía piden los sanitarios, policías y empleados de supermercados

Los vecinos de estos colectivos que aplauden todos los días a las 20.00 horas muestran su cara más insolidaria cuando uno de esos trabajadores vive en su portal, en su bloque o en su urbanización.

Los vecinos de Santa Cruz de Tenerife salen a los balcones y ventanas de sus casas para aplaudir a los sanitarios
Los vecinos de Santa Cruz de Tenerife salen a los balcones y ventanas de sus casas para aplaudir a los sanitarios
EFE/Ramón de la Rocha

Desde hace un mes España tiene una cita a las 20.00. Los balcones, terrazas y ventanas de todo el país se han llenado de ciudadanos anónimo para unirse en un sentido aplauso a modo de homenaje a todos los que están poniendo en riesgo su propia salud para garantizar la de los demás en este tiempo de confinamiento y de estado de alarma. Así, los aplausos quieren agradecer de alguna manera el trabajo que están llevando a cabo muchos sectores de la sociedad como sanitarios, policías, trabajadores de supermercados, bomberos, servicio de limpieza, ejército y farmacéuticos, entre otros, que cada día acuden a su puesto de trabajo con el objetivo de combatir a la Covid-19.

Pero curiosamente, muchos de los que acuden a la cita vespertina para ovacionar a estos trabajadores, muestran su cara más insolidaria y deshumanizada cuando uno de esos trabajadores vive en su portal, en su bloque o en su urbanización. De hecho, han sido varios los casos de vecinos que han dejado mensajes en el ascensor, en el portal o en la puerta de su propia vivienda en las que sus vecinos les piden que se busquen otro lugar donde vivir mientras dure esta pandemia para evitar que los contagien. Todo lo contrario de lo que se pretende con los aplausos de las 20.00 horas.

Una de estas situaciones sonrojantes se produjo en Ciudad Real, donde un Jesús Monllor Méndez, médico del Hospital General La Mancha Centro de Alcázar de San Juan se encontró una nota en la puerta de su casa cuando regresó de trabajar el pasado 11 de abril. En la nota se podía leer: "Hola vecino, sabemos de tu buena labor en el hospital y se agradece, pero debes pensar también en tus vecinos. Aquí hay niños y ancianos. Hay lugares como el Barataria donde están alojando a profesionales. Mientras esto dure, te pido que lo pienses".

En la nota se señala 'la Barataria' como un lugar de hospedaje donde podría ir este médico tinerfeño cuando termina su jornada laboral en el hospital. Se trata del Hotel Ínsula Barataria, desde hace unas semanas puso a disposición del personal sanitario sus instalaciones de forma gratuita. Jesús Monllor quiso contestar al mensaje a través de su cuenta de Twitter, en la que dejó claro que "no esperaba este mensaje a ningún profesional sanitario en general. No creo que ninguno lo merezca". Monllor insistió en su mensaje que "nos partimos la espalda, con pocos medios, jugándonos la salud, para que todo el que entra por la puerta se ponga bien".

Se queda con los agradecimientos

Además, este médico tinerfeño quiso agradecer "de corazón las palabras de ánimo de todos", y dejó claro que "esto es un pequeño punto negro dentro de una sociedad española que de largo ha demostrado saber estar y cuyos aplausos cada día a las 20:00 llenan. En ningún momento creo que sea justo generalizar, si no todo lo contrario. Es un comentario que 'brilla' por lo extraordinario".

Una situación similar a la del doctor de Ciudad Real lo ha vivido una empleada de supermercado en Cartagena. "Somos tus vecinos y queremos pedirte por el bien de todos que te busques otra vivienda mientras dura esto ya que hemos visto que trabajas en un supermercado y aquí vivimos muchas personas. No queremos más riegos», rezaba la nota que se encontró bajo la puerta de su casa. Miriam Armero, al contrario que Jesús Monllor, sí decidió contestar al insolidario vecino colgando la nota en el ascensor y su respuesta.

Además y para que se conozca el caso, ella decidió compartir su respuesta en su perfil de Facebook con un vídeo en el que explica la difícil situación por la que está viviendo tanto ella como su hijo, que fue el que encontró la nota. Miriam, que califica a los vecinos como "valientes", pide que no estaría mal que hubiera "menos aplausos a las 20.00 y más empatía" con todos los trabajadores que están haciendo frente al coronavirus, además de recordar a sus vecinos que «no tienen que darle lecciones de limpieza», ya que ella es la primera interesada en cumplir los protocolos para proteger a su familia.

Pero estos sonrojantes carteles no se han visto sólo en España, ya que en países como Argentina, un médico de Cruz Roja ha sufrido escraches por parte de los vecinos. «Estimado vecino Rodrigo del 7B, es hora de que empieces a cuidar de tus vecinos. Sabemos de tu trabajo en Cruz Roja, pero hoy nos toca cuidarnos! Por favor, no vuelvas a casa». El destinatario de este mensaje era Rodrigo Cuba, director de Respuesta a Emergencias y Desastres de Cruz Roja Argentina, que en el canal Todo Noticias de Argentina aseguró que «la desinformación genera estigma y este es un caso», aunque reconoció que «muchos otros vecinos me escribieron y bajaron a casa para decirme que estuviera tranquilo".

Solidaridad vecinal

Pero no sólo se han dado casos de falta de empatía entre vecinos, como se demostró en el mismo momento en que se declaró el estado de alarma. Desde el primer día aparecieron carteles en comunidades de vecinos en los que los ciudadanos se ofrecían a ayudar a los más vulnerables para ayudarles en lo que pudieran necesitar. Hacer la compra, acercarse a la farmacia a por medicamentos, dar clases online o prestar asesoramiento legal son algunos de los ofrecimientos vecinales.

El coronavirus ha hecho que miles de voluntarios dediquen parte de su tiempo y arriesguen su salud para que el resto de ciudadanos podamos tener una vida más sencilla dentro de lo anormal de esta situación provocada por la Covid-19.

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