Por
  • Esperanza Pamplona

Hoy renunciamos pero mañana, no

nac
Pedro Sánchez durante una rueda de prensa en la Moncloa.
Efe

Está claro que las principales víctimas del covid-19 son los muertos y todos aquellos que han perdido su empleo, su medio de vida o sus planes de futuro. En realidad, la mayoría. Pero en esto de las guerras, ya saben, están los daños colaterales, esos que no se ven de entrada pero que se asumen de un modo u otro. Y en esta contienda se están dando muchos. Entre ellos, la pérdida de libertades y derechos.

Solo hay una cosa que haga que las personas renuncien a su libertad voluntariamente: el miedo. Y ese es el peor motor que nos puede guiar aunque las razones sean inapelables. Por miedo a un atentado aceptamos que volar se haya convertido en un infierno de humillaciones, que se controlen nuestras comunicaciones...

Por miedo asumimos ahora que nos limiten los movimientos, que nuestros mayores se hayan convertido en rehenes desorientados, que muchos estén abocados a la ruina… ¿Es necesario?, sí. Porque ahora lo importante es salvar el pellejo.

Pero entre los pelos que hemos dejado en la gatera hay otros que quizá no eran tan necesarios. Me refiero a algo tan elemental como el derecho a saber. Con el pretexto de mantener las distancias, las ruedas de prensa, ese momento en que los políticos han de explicarse y son interpelados por los medios, se han convertido en un quiero y no puedo. Los periodistas mandan las preguntas, y el portavoz de turno las selecciona y reformula a su criterio. Así que al final, se preguntan algunas cosas pero otras quedan en el buzón de whatsapp, aunque lleven la doble marca azul.

Una de las lecciones de la Guerra del Golfo que todos los dirigentes del mundo aprendieron es que la comunicación es el segundo campo de batalla, y en este no puede haber muertos, o al menos no se pueden ver. Ya saben, ojos que no ven…

Así andamos, inmóviles, medio ciegos, asustados y sin saber qué pasará mañana. Pero llegará el día en podamos salir, y tras contemplar el campo de batalla vendrán las preguntas, y pediremos responsabilidades. Entonces no habrá intermediarios.

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