Los Mossos piden a los vecinos que sean un radar para detectar maltrato infantil

Con el confinamiento, que brinda a los maltratadores y abusadores su escenario ideal, se reducen las posibilidades de que pueda entrar en escena una tercera persona para denunciar la situación.

Coche de los Mossos d'Esquadra
Coche de los Mossos d'Esquadra

Los Mossos d'Esquadra han pedido a los ciudadanos que durante el confinamiento extremen la atención y sean una especie de "radar" para detectar casos de abuso sexual y maltrato infantil en el vecindario, ante el riesgo de que pasen desapercibidos por el aislamiento de las víctimas.

En una entrevista, la jefa de la Unidad Central de Proximidad y Atención al Ciudadano de los Mossos, la inspectora Montserrat Escudé, ha advertido de que en colectivos vulnerables, como los menores, siempre existe una "cifra negra" de casos que no afloran, pero temen que con el confinamiento aún sea mayor, ya que la mayoría de maltratos se producen en el entorno familiar.

Según Escudé, con los menores encerrados en casa se pierde una de las vías más habituales para saber si son víctimas de abusos o maltrato en su casa: bien porque lo detecta el profesor o bien porque el niño lo cuenta a un amigo de la escuela y ese a sus padres y de ahí se abre el ciclo para que el caso llegue a la policía.

Con el confinamiento, que brinda a los maltratadores y abusadores su escenario ideal -ya que siempre buscan el aislamiento de la víctima-, se reducen las posibilidades de que pueda entrar en escena una tercera persona para denunciar la situación.

"En este caso, si los vecinos oyen gritos, lloros constantes de un menor o cualquier situación que intuyan que pueda obedecer a la violencia en el domicilio, que lo comuniquen", ha pedido la inspectora, que ha reconocido que el confinamiento deja "poco margen" para detectar malos tratos o abusos a menores: "Todo lo que no se nos comunique queda muy soterrado".

Por este motivo, los Mossos apelan a los vecinos a que actúen como "radares", al igual que a los responsables de supermercados y farmacias -los pocos establecimientos que siguen abiertos en el confinamiento-, y que a la mínima sospecha que detecten se conviertan en un "altavoz" del menor.

"Lo que nos preocupa es que hay entre el 70 y el 80 % de la violencia y abuso sexual infantil que se comete en el entorno familiar. El aislamiento, que es la estrategia que utiliza el maltratador, se agrava porque ya existe un confinamiento real, físico", ha indicado.

Escudé ha detallado además que ya se han dado casos de profesores que en charlas virtuales con sus alumnos han detectado casos susceptibles de ser víctimas de malos tratos, por lo que han aplicado los protocolos que ya tienen en marcha las escuelas.

Y con los menores sin poder salir de casa y con la mayor parte del tiempo enganchados a las redes sociales, la inspectora ha pedido además que los padres no bajen la guardia respecto al ciberacoso y la sextorsión porque ahora los menores están más expuestos ya que dedican más tiempo a internet.

Precisamente por ello, desde la fundación Vicki Bernadet, la psicóloga Pilar Polo ha instado a las familias a tomarse el confinamiento como "una oportunidad para observar, escuchar y hablar" con los menores y detectar así situaciones de abusos ya que, tal como ha enfatizado, de un modo u otro siempre acaban comunicando lo que les sucede.

Por otro lado, la psicóloga Patricia Bosch, de la asociación Àngel Blau, ha puesto sobre la mesa otro asunto peliagudo: la "vulnerabilidad" de las personas pedófilas.

"En la medida en la que les ofrecemos apoyo, estamos evitando nuevas víctimas", ha sostenido al destacar la relevancia de que cuenten con herramientas y recursos para aliviar su "angustia y estrés" y puedan "romper el silencio" de modo que no comentan abusos o acoso o consuman pornografía infantil.

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