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  • Esperanza Pamplona

Un momento de héroes y villanos

Labores de desinfección en el tranvía de Zaragoza
Labores de desinfección en el tranvía de Zaragoza
Gervasio Sánchez

En las guerras sale lo mejor y lo peor de las personas. Y esto es una guerra. Una contienda en la que no cabe el odio hacia el enemigo, porque ni siquiera lo podemos ver, ni oír. Tampoco podemos herirle. Solo cabe defendernos.

Se abre un escenario donde la gente se reconoce, se apoya y se cuida. Pero también un momento donde las personas desconfían unas de otras, se vigilan, se escupen y se muestran extraordinariamente egoístas. Aquí no hay términos medios. O seremos héroes o seremos villanos. Y hay que recordar qué queremos ser cada mañana antes de salir a la calle y juzgar a los demás.

Este parón nos va a cambiar para siempre. Se ha roto todo lo que mantenía nuestra cotidianidad. Y nos hemos instalado en el miedo y la incertidumbre.

Poco a poco vamos tomando conciencia de que no van a ser quince días en casa y después retomaremos la vida donde la dejamos. En realidad, no sabemos cuántos días permaneceremos encerrados. Y la vida ya no será nunca como era antes. Porque nosotros habremos cambiado, como nuestras circunstancias y nuestras prioridades. Cada generación suele estar marcada por un gran acontecimiento histórico. Y este va a ser el nuestro.

De esta batalla saldremos todos heridos de una manera u otra. En realidad es una lección de manual de cualquier película apocalíptica. Va a resultar que no había tanto de ficción en algunos filmes.

La inmediatez a la que estamos habituados, la facilidad con la que podemos satisfacer nuestros deseos nos ha distorsionado el funcionamiento de la naturaleza. Nos habíamos instalado en una especie de Matrix, una realidad virtual de la que nos han desconectado de golpe. La vida también era esto pero lo habíamos olvidado.

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