Por
  • Esperanza Pamplona

No entiendo nada

Una pareja con mascarilla se abraza en Hong Kong.
Una pareja con mascarilla se abraza en Hong Kong.
TYRONE SIU/Reuters

A veces me cuesta encajar algunos puzles. No comprendo por qué se suspende una feria como el Mobile y no se cierran los aeropuertos de todo el mundo por donde a diario pasan millones de personas que estornudan, tosen, comen, duermen, etc. No entiendo por qué no se suspenden la feria de tecnología que se celebra estos mismos días en Ámsterdam (donde participan empresas que se retiraron de Barcelona), el Salón del Motor de Ginebra o la misma Feria de Arte Contemporáneo ARCO, que comienza esta próxima semana.

No me cuadra la repentina preocupación del Gobierno chino por la transparencia y el bienestar de su pueblo cuando nunca hubiera situado estas cuitas entre las prioridades del gigante asiático. Me desconcierta la esquizofrenia de la OMS cuando pide calma y añade que este virus "es el enemigo número uno del mundo".

No quiero analizar y pienso que este coronavirus será como la gripe A, para la que todavía tenemos almacenadas 37 millones de vacunas que España compró hace diez años.

Pero lo cierto es que el mensaje parece salido de un guion del Almodóvar más delirante: confiemos en los esfuerzos de China por informarnos y proteger la salud del planeta. Y mantengamos la calma. ¿Ya notan los sudores fríos?

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión