Borrell carga contra PP, Vox y Ciudadanos por llevar el 'caso Ábalos' a la Eurocámara

En un debate áspero defiende que Bruselas no puede actuar contra España por la escala de la venezolana Delcy Rodríguez en Barajas.

Borrell, este lunes a su llegada a una reunión en Luxemburgo.
Borrell, este lunes a su llegada a una reunión en Luxemburgo.
Julien Warnand/EFE

El Parlamento Europeo se convirtió este martes en escaparate de la refriega política que estalló en España tras la controvertida escala en Madrid, el 20 enero, de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, y el contacto que mantuvo en el mismo aeropuerto con el ministro de Fomento, José Luis Ábalos. Cuando parecía que esta munición estaba ya a punto de agotarse, Ciudadanos, PP y Vox, con el apoyo de sus respectivas familias políticas en la Eurocámara (liberales, conservadores, y reformistas) volvieron a prender la mecha en Estrasburgo. Pretendían dilucidar si el Gobierno se saltó las sanciones a la número dos del régimen de Nicolás Maduro, que no puede pisar territorio europeo desde junio de 2018.

Pero el resultado ha sido un debate forzado, de bajo nivel para este hemiciclo; una réplica de las peleas domésticas en las que se confrontaron las acusaciones de deslealtad de los socios del Gobierno de coalición, con las duras críticas de la oposición "por abrir las puertas al chavismo". Del "no hay caso" para los primeros a "escándalo monumental" para los segundos.

Y todo en poco más de media hora, con una decena de oradores (nueve de ellos españoles), muchos escaños vacíos en el hemiciclo y con el máximo responsable de la política exterior de la UE, Josep Borrell, como representante de una Comisión Europea que ha permanecido de perfil desde que se desveló el incidente. ¿Su argumento? Son los Estados miembros los que tienen que velar por el cumplimiento de las sanciones que ellos mismos han acordado.

Hasta en media docena de ocasiones Borrell subrayó la misma idea: "La comisión no puede incoar procedimiento de infracción sobre una supuesta violación de medidas restrictivas". Porque las sanciones contra altos cargos del régimen de Maduro son europeas, sí, "pero implementarlas corresponde a los Estados".

Un tono formal, institucional, que abandonó en el tramo final de su alocución."Ustedes son eurodiputados y deberían saberlo. Y si les sorprende, tendrán que estudiar un poco más", les dijo desafiante Borrell. Estaba relajado. Ni siquiera tuvo que aclarar qué sucedería cuándo un país supuestamente se salta las normas.

Un debate "del Congreso"

En la discusión previa solo había recibido un reproche directo, el de Jordi Cañas (Cs) que fue el que consiguió que se celebrará este debate. Acusó a Borrell de ejercer más como ministro de Exteriores que como alto representante europeo. Lamentó que ni España notificase la llegada de la vicepresidenta venezolana a Barajas ni el Consejo le haya exigido explicaciones. "¿Dónde está entonces la legitimidad de la política europea?", lanzó. El popular Leopoldo López Gil, padre de Leopoldo López, el líder opositor venezolano refugiado en la embajada de España en Caracas, pidió abrir una "investigación".

Desde los escaños socialistas y de sus socios de izquierdas se remarcó que el debate "no corresponde a la Eurocámara sino al Congreso de los Diputados", dijo Mónica Silvana. Y Ernest Urtasun, desde las filas de Los Verdes, pidió "disculpas por un debate lamentable" que, a su juicio, "degrada la imagen española en esta Cámara".

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