investidura sánchez

Lo que cuesta ser presidente

Pedro Sánchez fue investido este martes presidente del Gobierno por 167 votos a favor y 165 en contra.

Pedro Sánchez, investido presidente del Gobierno en segunda votación.
Pedro Sánchez, investido presidente del Gobierno en segunda votación.
EFE/Reuters

El hemiciclo ha retumbado por la explosión de euforia que se ha desatado en los escaños socialistas y de Unidas Podemos cuando al filo de las dos y media de la tarde la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, anunciaba a la Cámara el resultado de la ajustada votación que ha investido presidente a Pedro Sánchez.

Un grito casi unísono de los 167 diputados que han despojado al líder socialista de su condición de presidente "en funciones" y lo han metido en la historia de España por ser el primero investido gracias a un Gobierno de coalición.

Los aplausos y el estruendoso alborozo han impedido que se escuchara a Batet anunciar que comunicaría al rey que el candidato propuesto por él mismo había logrado la confianza de la Cámara.

Una catarsis parlamentaria se ha desatado en ese momento al soltar por la espita de los 167 síes todas las incertidumbres de un largo proceso negociador no exento de aristas hasta el último minuto, la más afilada aportada hoy mismo por Montse Bassa.

La diputada de ERC, hermana de Dolors Bassa, en prisión por la causa del 'procés', ha admitido abiertamente que la gobernabilidad de España le importa "un comino" pero que su grupo optaba por la abstención, imprescindible para Sánchez, para dar así una oportunidad al "diálogo" que reclaman los "presos políticos".

Ha sido el momento más expresivo del debate previo a la votación, con los diputados de PP, Vox y Cs escandalizados por lo que decía la de ERC, entre vivas a la Policía y la Guardia Civil cuando aludía a la "violencia policial" en Cataluña, los republicanos y los de Bildu aplaudiendo a rabiar, y el PSOE completamente mudo, con su líder impasible, casi hierático, sin un mínimo gesto en su rostro.

Sánchez ha tenido que escuchar gritos y protestas de PP y Vox cuando ha abogado por acabar con el "clima tóxico" de días precedentes y al citar a Manuel Azaña, último presidente de la II República.

Tras él, el líder del PP, Pablo Casado, ha comenzado con una reivindicación de Felipe VI que ha animado los vivas al rey de la parte derecha de la Cámara, luego repetidos en otros momentos a instancias del presidente de Vox, Santiago Abascal.

"Señor Sánchez, su única patria es usted", le ha soltado Casado antes de advertirle del dilema que tiene ante sí, porque, "si cumple con sus socios antisistema, romperá España; y si no, le echarán a la calle".

Abascal, entre gran alboroto de la izquierda, ha optado por sacar a la palestra las víctimas de violencia que Vox no califica de machista sino "intrafamiliar", y directamente le ha acusado de montar un Gobierno que cuenta con "el beneplácito de ETA".

Durante la mayor parte de su intervención, Sánchez se ha dedicado a consultar su móvil con carcasa roja, mientras los de JxCAT se marchaban del hemiciclo, al igual que el diputado de Podemos Rafael Mayoral.

Luego han sido los 52 diputados de Vox los que han optado por la evacuación cuando el portavoz de EH Bildu Oskar Matute ha subido a la tribuna de oradores. Lo han hecho muy disciplinada y ordenadamente, para retornar del mismo modo cuando ha terminado.

Sánchez, quien ha visto impertérrito cómo la portavoz de Cs, Inés Arrimadas, le recordaba que ERC le había soltado en su cara lo del "comino" de la gobernabilidad, también ha podido comprobar los por ahora saludables lazos que le unen a sus socios, por ejemplo con alentadoras palabras de su casi vicepresidente Pablo Iglesias.

Ha ido saludando el candidato a los portavoces del sí según retornaban a sus escaños y le estrechaban la mano, desde Iglesias hasta el diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte, obsequiado con una gran ovación de los investidores, o Joan Baldoví, de Compromís.

El valenciano, que el sábado recomendó una tila a los de la derecha, ha logrado una exitosa intervención al decirles hoy que lo que necesitan es algo que se aprende "en las escuelas", esto es, "educación", levantando a los de la izquierda de sus escaños.

Y aunque ha habido muchos momentos para levantarse y aplaudir, por un lado el PP y Vox -a veces también con Cs- y por otro el PSOE y Unidas Podemos -en ocasiones con ayuda de ERC y EH Bildu- el más rotundo ha llegado cuando Batet ha anunciado el triunfo de los síes.

Algunos diputados, como la casi ministra de Podemos Irene Montero e Ione Belarra, ya habían seguido lista en mano la votación a viva voz y ya lo celebraban antes de que Batet lo proclamara, y a Sánchez se le notaba en una sonrisa que después se hizo grande y abierta.

"¡Presidente, presidente!", ha tronado la mayoría feliz del hemiciclo según aplaudía rítmicamente, aunque los de Podemos también se han marcado su propio "Sí se puede".

Iglesias ha felicitado a Sánchez con abrazo incluido y después la escena se ha desdoblado con el ya presidente saludando uno a uno a todos los diputados del PSOE según bajaban de sus escaños y con Iglesias entregando un ramo de flores a la diputada Aina Vidal, enferma de cáncer y homenajeada hoy sin distingos ideológicos.

Todo ha culminado con fotos y más fotos, de Sánchez en el hemiciclo, de Sánchez con los fotógrafos o de Iglesias con los suyos.

El líder de Podemos ha llorado emocionado al besar a Pablo Echenique, en un ambiente de euforia generalizada, mientras el cofundador de su partido, Juan Carlos Monedero, desde lo alto de la tribuna de invitados, le gritaba que también quería foto con él.

Ha costado vaciar el hemiciclo, pero, cuando todos se han marchado, en la sala todavía resonaban unas palabras del portavoz del PNV, Aitor Esteban: "Lo verdaderamente difícil empieza mañana".

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