Retrato robot del feminicida en España

Los hombres que asesinan a sus parejas suelen ser cinco años mayores que ellas, tienen hijos y matan con sus propias manos.

Cómo son los que matan
Cómo son los que matan
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El año 2019 cierra con 55 víctimas mortales de la violencia de género. Qué se sabe de estos feminicidas, aquellos hombres que asesinan a una mujer por razón de su género, pero que perpetran su crimen en el ámbito de la intimidad. Cómo son los que matan. A partir del análisis de sus perfiles, recogidos en el 'Informe sobre víctimas mortales de la violencia de género en el ámbito de la pareja o expareja', con datos recogidos durante tres años por el Consejo General del Poder Judicial, se concluye que no hay más patrón que su sexo y una posición de poder con respecto a su víctima. Que cualquier fachada podría esconder a un maltratador homicida. Ni la nacionalidad, edad, cultura o profesión sirven de marcador para alertar de mayor o menor riesgo. Sólo el temor que infunde y que hace que la mujer sometida calle (el 80% de las asesinadas en el trienio comprendido entre 2016 y 2018 no denunció).

Muchos son padres

La mayoría tiene hijos con la mujer a la que han asesinado y mantiene la convivencia con ella (las dos terceras partes en la última década, un 70% en 2018). Casados con sus víctimas en casi la mitad de los casos (sólo el 4% de los que tenían vínculos matrimoniales se había separado). El resto de asesinos también mantenían otro tipo de relación afectiva en el momento del crimen (29%) o había terminado (24%). Es decir, al momento de quitar la vida a su pareja el 67% tenía una relación afectiva, el 26% había sido rechazado y el 6% en una crisis sin resolver. De los 151 casos mortales, fueron 42 los hombres que tenían hijos con ella.

No obstante, los datos no permiten trazar un perfil psicopatológico o las circunstancias socioeconómicas, advierte el Poder Judicial, para "ayudar a definir con mayor exactitud la existencia de pautas, patrones de comportamiento o atributos de la relación potencialmente desencadenantes de situaciones de violencia". En el retrato robot de los agresores reflejados en los expedientes no hay elementos subjetivos. Entre sus características cuantificables está la edad: en promedio tienen 48 años y tres de cada cuatro son mayores que sus víctimas (que tienen una edad media de 43,5). Un 20% era menor que su pareja o expareja y apenas un 5% tenía la misma edad que ella.

Actúan en el domicilio común, o que fue suyo junto a la víctima (más del 80%) y sólo unos pocos atacan en la vía pública o lugar de trabajo. Es decir, eligen un lugar en el que nadie pueda socorrer a la mujer o alertar a las autoridades. Planifican. Suelen utilizar un arma blanca (más de la mitad de los agresores desde 2009), pero también usan las manos para estrangular (20%), armas de fuego (13%) y objetos para golpear (13%). "Las manos como instrumento para acabar por sí mismo con la vida de las mujeres siguen protagonizando un porcentaje significativo de los mecanismos, tanto en los procedimientos simples como en los mixtos", dice el reporte, que mantiene que las "conductas homicidas están cargadas de ira y

Un domingo de julio

Después, el 22% se suicida, un 13% se agrede a sí mismo sin llegar a lesiones fatales, un 16% se entrega y el resto resulta detenido , aunque casi ninguno huye y permanece en la escena del crimen hasta la llegada de las autoridades. Algunos avisan a familiares. Los feminicidas suicidas tenían una edad media de casi 50 años y estaban casados con sus víctimas. El 70% era de nacionalidad española.

Los feminicidas atacan lunes o domingos por lo general, pero "no existe una pauta que permita destacar, de manera significativa, un mes o una estación como de mayor impacto en los casos de violencia de género con resultado de muerte", mantiene el informe, al referirse a los meses. No obstante, en los últimos diez años suceden más de estos feminicidios en julio (un 10,6% de los sucesos), seguido de mayo y octubre (un 9% en cada mes).

En España, este tipo de feminicidios han sucedido en todas las provincias. Al menos, dos hombres de cada uno ha matado a su pareja pero los criminales suelen vivir en pueblos y ciudades de menos de 100.000 habitantes (el 70% de los casos), según lo que refleja el estudio de los 151 casos sucedidos en ese lapso. Casi la mitad de los asesinos vive en poblaciones con menos de 50.000 vecinos y menos de la quinta parte en más de medio millón de habitantes.

La nacionalidad mayoritaria de los agresores mortales es la española (un 65,8%), así como la de las víctimas (65%). Entre los feminicidas extranjeros, la mayoría provienen de Europa y América Latina (más del 80%), con Rumanía y Colombia en cabeza. De África es el 17% en el lapso analizado por el Poder Judicial, con Marruecos como tercer país de origen. "Son poco numerosos los supuestos en que el caso implica a agresor y víctima de diferente nacionalidad (el 17% de los casos frente al 83% en que víctima y agresor compartían nacionalidad)". Un español que asesina a una extranjera ocurrió en el 7,9% de los casos, y un extranjero que mata a una española, en el 7,3% de los registros.

El poder que tienen como agresores sobre sus cónyuges se acrecienta con las generaciones de más edad, como demuestra el registro de denuncias. "La edad media de las mujeres que denunciaron fue de 38,3 años", dice el informe. "Las denuncias se han concentrado en las mujeres entre 16 y 25 años, que suponen el 47,1 % del total. A pesar de ser denunciado, el maltratador lograba seguir conviviendo con la mujer a la que mataría en el 47,8% de los casos analizados.

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